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Democracia

Una Iglesia Socialista

Fundar una Iglesia Socialista y venezolana sería uno de los sueños del oficialismo. Silenciosa y complaciente. Una mezcla entre el sincretismo religioso existente y la nueva adoración a los apóstoles de la revolución bolivariana. Reinterpretar las cruzadas, la inquisición y los dogmas de fe en función de los principios doctrinales de este gobierno.

Si existe algún sector en el país, al cual Hugo Chávez debe agradecer que sus derechos fundamentales hayan estado asegurados, es precisamente a los miembros de la jerarquía de la Iglesia católica. Al margen de simpatizar con ella o no, de ser creyente o agnóstico, algunos Obispos siempre han estado en los momentos más difíciles del presidente. Recordar las visitas que algunos Obispos hicieran cuando el estaba preso después de su golpe de Estado. Una de las primeras organizaciones que lo recibió como candidato presidencial y como presidente electo fue la Conferencia Episcopal Venezolana. Cuando estuvo retenido en Fuerte Tiuna o en la isla de La Orchila, a su pesar, miembros del episcopado estuvieron presentes en su defensa. Entonces, ¿por qué criticar tanto a los Obispos y no demuestra con hechos aquello en lo cual dice creer?


Este planteamiento no es una defensa a ultranza de la postura política que en ciertos momentos ha tomado la Conferencia Episcopal, sino simplemente considerar que entre las organizaciones que pueden apoyar algunas de sus iniciativas, si realmente son eficaces, está la Iglesia. Entre otros aspectos, porque si la Conferencia Episcopal Venezolana quisiera tener más ayuda del gobierno le sería más fácil guardar silencio o ser más complaciente. Afortunadamente, hay una voz que tiene fuerza, y podría tener más, que sirve de equilibrio al discurso del presidente. Pero, lamentablemente la política partidista está presente entre algunos de sus representantes. Hay sacerdotes que se han manifestado explícitamente seguidores del proceso, y otros, seguidores de la oposición.


Existe la idea de que con el dinero del petróleo podemos resolver los problemas graves que viven los venezolanos; también la utopía, que la voz del presidente siempre será sagrada. El conflicto debe permitir generar cambios positivos; pero, nuestro conflicto es preocupante porque cada día se está imponiendo un modelo presidencialista. La discusión es lo de menos, el problema son las huellas de este debate.


vmperezmven@yahoo.com

Un reto: la democracia

Un reto: la democracia

Los resultados de las elecciones presidenciales eran los esperados. Aunque la abstención está alrededor del 25% la mayoría de los inscritos en el registro electoral fueron a votar. Había que decidir sobre dos propuestas de país. La primera, el socialismo del siglo XXI. Una propuesta que carece de objetivos concretos y que es el sueño de algunos sectores que quieren hacer resurgir momentos históricos que ya pasaron. No obstante, es el lema a través del cual las medidas populistas seguirán llegando a las personas más humildes. Es necesario comprender que existe miedo a perder lo alcanzado por organizaciones sociales de base y por aquellos que reciben beneficios del gobierno (como en épocas pasadas). Es lógico pensar que los intereses particulares logrados con este gobierno, lícitos o no-lícitos, legales o no-legales, puedan perpetuarse en el tiempo.  

La segunda propuesta, surgida después de negociar con los partidos políticos, solamente tenía poco meses para llegar a la población. Pero, no había una propuesta madura, firme y coherente con la realidad del país. No se alcanzó la motivación y la credibilidad de quienes apoyaban a Hugo Chávez a cambiar de decisión. Además, debemos incluir, que el apoyo de los partidos políticos, en algunos casos, fue de palabra y no se activo la maquinaria partidista propia. ¿Sería que no tenían claro cuál sería su cuota de poder con un gobierno al estilo de Manuel Rosales? ¿Sería preferible el actual? La democracia es mucho más que “mi negra”. 

Son varios años que el equipo del presidente Hugo Chávez ha estado trabajando para influir en la sociedad venezolana, y en especial, a los jóvenes. Para algunos sectores, la imagen del presidente es religiosa, es una cuestión de creencias. Y todo sabemos, que las creencias son más fuertes que los argumentos sobre la realidad. Es una cuestión de fe. ¿Fanatismo? Esto no quiere decir que algunos de los proyectos asumidos por gobernaciones y alcaldías chavistas no estén respondiendo a necesidades concretas, pero en definitiva son acciones muy limitadas si la comparamos con los proyectos de acción social que deberían realizarse. Pero, ¿le conviene al gobierno erradicar la pobreza y los problemas del país? 

Creo que el futuro del país es incierto. No por la idea del proyecto socialista sino porque quienes están asumiendo el poder no son, ni creen, en el socialismo tradicional y menos en el socialismo del siglo XXI. ¿Por qué? Podrán hablar de socialismo pero las cosas que se hacen no son socialistas... por lo menos hasta ahora. Por otra parte, la oposición parece que quiere enfrascarse nuevamente en una lucha de poderes e intereses por obtener el poder por el poder.... ¿y los electores? En los próximos meses y años probablemente habrá que elegir nuevamente sobre temas de interés nacional. ¿Cuál es el futuro de país que nos ofrece la oposición? ¿Puede el liderazgo de Manuel Rosales mantenerse a pesar de los intereses políticos y empresariales?

Por: Víctor Manuel Pérez Martínez

La recta final

La recta final

La campaña electoral entra en su fase final. Podemos hablar de días para que los venezolanos, inscritos en el registro electoral y dispuesto a votar, elijan al próximo presidente del país. No es casualidad que las estrategias de los candidatos con mayor opción de obtener esta responsabilidad (prefiero definirlo así antes que triunfo) estén siendo cada día más fuertes.

 

Desde el sector oficialista la inauguración de obras es una estrategia razonable, entre otros aspectos, porque tienen que ofrecer hechos concretos en un gobierno que se ha caracterizado por hacer muy poco en relación con lo ofrecido. Han sido muchos años de gobierno que se pueden sintetizar en muy pocas acciones importantes y de impacto social. Al margen de algunas misiones que están respondiendo a necesidades puntuales y que son beneficiosas para sectores sociales empobrecidos, las otras obras como el ferrocarril o el metro han sido el legado de los gobiernos anteriores. No obstante, hay un reconocimiento importante a quienes tuvieron la responsabilidad de concluirlos: ya era hora de que terminaran. Si esto influye en la decisión de voto de los venezolanos no hay porque escandalizarse. Existe la sensación de que a pesar de todo el gobierno esta haciendo algo.

 

Manuel Rosales basa su discurso en su experiencia de gobierno, el cual es considerado exitoso por un porcentaje importante de zulianos. También es otra realidad, pero puede hablar de proyectos realizados eficazmente. Su discurso dirigido a los que se abstienen es importante porque son los que pueden contribuir a constituir un gobierno de consenso, diferente al actual y con un proyecto de Venezuela democrático. No es una tarea fácil hablar de democracia cuando durante todos estos años, gobierno y oposición, han debilitado los principios democráticos.

 

El próximo gobierno de Venezuela debe abrir un espacio de encuentro entre todos los sectores políticos del país. Un gobierno socialista al estilo de Hugo Chávez no lo podrá hacer realidad porque solamente buscará que todos los ciudadanos digan “amén” a sus decisiones. Un gobierno, desde lo que sabemos de Manuel Rosales, tiene más posibilidades si no se deja encadenar a compromisos políticos con los partidos tradicionales y si abre una mesa de diálogo o un equipo de gobierno democrático donde todos tenga alternativa de participar y contribuir con el desarrollo del país.

Por: Víctor Manuel Pérez Martínez

El partido único

El partido único

La creación de un único partido oficialista es una buena estrategia para consolidar un sistema de gobierno donde la disidencia, aunque sea mínima, es considerada negativa para la instauración de un socialismo al estilo cubano, pero adaptado a la realidad petrolera venezolana. Es factible que de esta forma, Hugo Chávez, reduzca los problemas, se minimicen las tensiones, se controlen a los militantes y se controlen las ayudas económicas orientadas a fortalecer la ideología seudo-revolucionaria del chavismo. No obstante, en una democracia participativa o deliberativa, la idea de un solo partido pareciera ser una aberración. Claro, es necesario asumir qué entendemos por democracia.

No puede existir democracia, sino existen divergencias. Los conflictos políticos, en una sociedad, son importantes para que ella crezca y evolucione. Estos conflictos, deben estar orientados por el marco legal existente, el estado de derecho y las garantías de cada ciudadano a expresar libremente sus ideas y opiniones. Si existen divergencias en el seno de los partidos que promueven la revolución bolivariana o el socialismo del chavismo, es, porque existe diversas posturas que cuestionan ciertas estrategias del gobierno actual. La idea de un solo partido implica la muerte de los principios y de las ideas que algunos han manifestado, honestamente, defender.

Un partido único, es el reconocimiento del sector más radical del chavismo de su incapacidad para establecer un debate democrático con sus propios integrantes. La idea del partido único, herencia del modelo cubano, es lo que puede permitir aumentar el control de los movimientos sociales, de las organizaciones de base y de los líderes vecinales. No hay cambios democráticos si se le impide a los ciudadanos actuar de acuerdo a sus principios. El control de los recursos y la manipulación ideológica de la sociedad por parte del sector oficial (y esperemos que la oposición no caiga en el mismo juego) es un abuso de poder que cercena la libertad de los ciudadanos.

Por: Víctor Manuel Pérez Martínez

Publicado en: Analitica.com, Ciudad Política

En campaña electoral

En campaña electoral

Si el presidente Hugo Chávez visita, o no, a Fidel Castro no debe preocuparnos más allá de solicitar responsabilidades a quienes aprobaron ese viaje utilizando el dinero del Estado. Más preocupante son las reuniones y estrategias que se fabrican fuera del espectáculo televisivo. Por lo pronto, la mal llamada “contienda” electoral ha comenzado y las estrategias para capturar la intención de voto de los venezolanos están en marcha. De momento, las aspiraciones del sector oficialista se han reducido. Falta esperar cuáles son las aspiraciones de los candidatos opositores, en especial la de Manuel Rosales que tendrá la tarea no solo de convencer al electorado sino de manejar los intereses políticos de quienes lo acompañaran en el proceso.


El oficialismo reforzará la idea de un socialismo diferente. No es casualidad que voceros del gobierno estén alentando la reforma de la constitución para incluir principios vinculados al socialismo. Es una promesa válida para quienes consideran que el socialismo de Hugo Chávez, es una panacea para  salir de la crisis social que vive el país. La otra línea de acción será su enfrentamiento, verbal, con el presidente de los Estados Unidos George Bush. Un enfrentamiento que no está del todo claro, porque lo de vender las acciones que tiene Venezuela en las refinerías petroleras para abrirse a nuevos mercados no queda del todo claro. Aunque no se puede descartar que los contratos firmados en épocas pasadas no satisfagan hoy los requerimientos del país. El detalle es, que acceder a la información real de esas negociaciones, aunque públicas, son inaccesibles para el común de las personas. Sin considerar la confusión que en algunos medios de comunicación social hay sobre estos temas.


La oposición tendrá que plantear claramente cuál es el plan de gobierno para los próximos años, sin caer en la satanización de los logros de la revolución bolivariana; tratando de fortalecer aquellos programas que realmente estén contribuyendo con el país; sin pretender volver al pasado de corrupción y desinterés por el dinero público; y pensar en la Venezuela que queremos en los próximos años.


Por: Víctor Manuel Pérez Martínez

Artículos publicados en: Correo del Caroní, Diario La Voz, Ciudad Política, Analítica.com

Un líder para Venezuela

Un líder para Venezuela

¿Qué esperamos de un líder? Es posible que cada cual encuentre una definición de líder avalada por estudiosos del área. Incluso, es muy probable, que cada uno de nosotros tenga una idea de los que se espera de un líder. Precisamente uno de los problemas, que ni los estudiosos, ni tampoco nosotros, es poder encontrar una idea de líder que pueda ayudarnos a visualizar un futuro diferente para Venezuela.

La idea no es caer en el peligro de discutir sobre el concepto de líder y sus diversas teorías. No hay tiempo para un país que requiere de gestos, acciones y menos palabras. Pero, si es posible que coincidamos en las cualidades de los líderes que deben dirigir los diferentes sectores de la sociedad venezolana. Deberíamos ampliar nuestra visión de lo que se espera de un candidato presidencial, el de un presidente y ver más allá de su figura, carismática o no, que estaría enfocada a captar la intención de voto de quienes todavía no saben por quien votar.

Entre los precandidatos se presume la buena voluntad por ofrecer un proyecto de país diferente al socialismo-chavista del gobierno actual. Si es así, habría que conocerlo aún mejor. Si todos coinciden, es una buena oportunidad para conformar un equipo de gobierno representativo de los sectores de la oposición venezolana, y por qué no, de los revolucionarios bolivarianos y de los chavistas, los cuales considero, tienen objetivos muy diferentes.

Honestidad, capacidad de persuasión, reconocimiento del otro, valores democráticos, tolerancia, visión de futuro, son algunas de estas cualidades que deben plasmarse en un plan de gobierno coherente y realista. El futuro de Venezuela no es simplemente decidir si aceptamos o no el socialismo del gobierno actual, no es un juego, no es un chiste, no son estrategias empresariales, es aspirar a metas concretas y medibles para consolidar la base de un futuro cada vez mejor y libre.

Por: Víctor Manuel Pérez Martínez

Artículo publicado en: Diario La Voz, Analítica.com, Ciudad Política

Al compás del petróleo

Al compás del petróleo

Al compás de los precios del petróleo se está manejando un porcentaje importante de la economía mundial y en el caso de la economía venezolana su dependencia es total. Tampoco es una situación que nos deba sorprender, si consideramos que esta dependencia es histórica en nuestra nación. Probablemente en otros períodos presidenciales el utilizar este elemento como herramienta política siempre fue una tentación, pero aparentemente se puso por delante el sentido común, al comprender, que aquello que nos hace más fuerte es también nuestra principal debilidad. La pregunta de rigor: ¿Qué ocurriría en Venezuela si mañana nos informan que no tenemos, o no vendemos, más petróleo? Esta hipótesis no parece, afortunadamente, ser factible en los próximos años. Sabemos que nuestra realidad es ser un país petrolero, pero ya es hora que podamos tener un plan estratégico en ese sector para impulsar otras áreas de la economía venezolana y colocarlas, sino a la par del petróleo, en una posición privilegiada. Recordar aquella frase célebre de Arturo Úslar Pietri en el editorial del diario Ahora en 1936: “sembrar el petróleo”.

Han pasado varias décadas y estamos lejos todavía de poder avanzar en está línea estratégica que le permitiría a Venezuela lograr la independencia económica que tanto dolores de cabeza, supuestamente, provoca a quienes se enfrentan a los Estados Unidos. Aunque después de siete años de gobierno “revolucionario” todo parece indicar que ese enfrentamiento no existe sino en el discurso populista, porque en definitiva seguimos vendiéndole petróleo a Norteamérica, seguimos manteniendo la dependencia y las relaciones comerciales. No obstante, hoy, tenemos el agravante que hemos convertido nuestro principal recurso en un arma política y de manipulación para mantener en “jaque” a nuestros países hermanos. Una estrategia difícil de mantener en el tiempo si consideramos las posibilidades económicas que pueden establecer los países de América Latina con las grandes áreas de la economía mundial. Venezuela no está en una mejor ubicación por la falta de estrategias inteligentes, la corrupción y el desinterés de sectores políticos y económicos.

Y es una respuesta que deben dar los candidatos a la presidencia: ¿Cuál es su plan estratégico en el sector petrolero para fortalecer la economía venezolana y responder a la “deuda social” que la democracia tiene con este país?

Por: Víctor Manuel Pérez Martínez

Artículo publicado en: Analítica.com, Correo del Caroní, Ciudad Política