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Libia ¿y después?

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El papel de los Estados Unidos y de la OTAN en el conflicto de Libia comienza a tener matices de una confrontación que se prevé larga y compleja. ¿Alguien imaginó que Gadafi sería un simple espectador? Era de suponer que el régimen instaurado en Libia daría la batalla por defender sus ideales, acertados o no, ante la invasión del espacio aéreo de sus amigos (hoy enemigos) de occidente.

En Libia estamos siendo testigos de las consecuencias de las políticas internacionales basadas exclusivamente en los intereses económicos y estratégicos de los gobiernos de occidente. Regímenes como los de Libia supieron rentabilizar las necesidades económicas de sus aliados, mantener una red de contactos; amigos de conveniencia. En definitiva, los intereses de occidente están en donde se encuentran los recursos energéticos; el precio, poco importa.

Ahora bien, el lenguaje en contra de occidente de algunos líderes de la región es parte de un discurso político-religioso enfocado en mantener el sistema imperante. La negociación en temas de recursos energéticos es indispensable en el contexto actual de la geopolítica mundial. No seamos ingenuos, ambas partes conocen perfectamente los riesgos que implica la negociación con empresas multinacionales; en especial las dedicadas a los recursos energéticos.

Las relaciones de Europa, y del resto de los países, con las naciones del mundo árabe pasan por una etapa compleja de redefiniciones. ¿Qué se está dispuesto a tolerar en las relaciones económicas y políticas? ¿Cuáles serán los acuerdos políticos y económicos que surgirán después de esta revolución que se ha extendido por varios países de la región? ¿Cómo se gestionarán los otros conflictos con los países de occidente?

Por Víctor Manuel Pérez Martínez | victor@vmperezm.com

Honduras: entre la paz y la violencia

Por Víctor Manuel Pérez Martínez / victor@vmperezm.com

Honduras se juega su futuro teniendo que decidir entre la democracia, la guerra civil, la dictadura o algún sistema político que permita la paz social, al menos en algún período de tiempo. Pero, detrás del conflicto hondureño está, de alguna manera representado, las características de la vida política de gran parte de las naciones latinoamericanas. Es decir, sistemas políticos débiles democráticamente, no por la realización de elecciones sino por la ausencia de ámbitos plurales de decisiones, opiniones y actuaciones políticas; la pobreza, que determina las esperanzas y las creencias de una sociedad; el control del mundo militar en las decisiones civiles; la influencia solapada de ideologías de extrema izquierda y de extrema derecha y, entre otros aspectos, la presencia en el poder de políticos que negocian con la política.

La tranquilidad centroamericana se ve empañada por una posible guerra civil; las amenazas militares; las sanciones de la OEA; el cuestionamiento prácticamente de todos los gobiernos que mantienen relaciones con Honduras; y, una suerte de incertidumbre que puede traer consecuencias políticas graves para la región porque, los hechos que ocurren en Honduras pueden ser un precedente en otros países.

¿Había razones para destituir a Manuel Zelaya?  Ahora bien, ¿por qué no se respetó la legalidad y la constitucionalidad para su destitución por la vía democrática? En general, todos quienes promueven un golpe de estado lo defienden; pero, en cualquier caso, en el contexto de la vida política actual, es un hecho condenable para mantener la paz social y la convivencia internacional. Nadie justifica la actuación de Manual Zelaya en su gobierno; pero, no por eso, la fuerza militar y la violencia debe ser la salida a los problemas

Hoy las preguntas son: ¿A quién se debe apoyar? ¿Cómo relacionarse con un gobierno no electo a través de elecciones libres? ¿Cuáles son los objetivos de Roberto Micheletti? ¿Puede permitirse que la opción de los golpes de estado establezca la forma de alternancia en los gobiernos? Es un problema de los hondureños; pero, no podemos olvidar que las relaciones internacionales crean interacciones difíciles de evaluar a corto tiempo y que en los procesos políticos hay asuntos que el común de los mortales ignoramos.

La otra cara del caso de Honduras son los cambios de discursos que se han generado en algunos gobiernos de la región. Estados Unidos se ha mantenido expectante manteniendo su apoyo a la OEA; Hugo Chávez mencionó la posibilidad del uso de la Fuerza Armada; algunos obispos en Honduras asumen un rol político muy cuestionable en relación con lo que se espera de ellos… en definitiva, ¿quién dice la verdad? ¿Cuáles son los intereses políticos que están en juego en estos momentos? Sobre lo que no hay duda, al menos con los datos que manejamos, que un grupo de políticos hondureños ha desencadenado una crisis local con proyección internacional. Una crisis que podía haber tenido solución simplemente interesándose por sus ciudadanos y dejándolos manifestar libremente su opinión.

Sobre Irán

Sobre Irán

Por Víctor Manuel Pérez Martínez

Irán es y seguirá siendo noticia. Los medios de comunicación social han desplegado recursos con el objetivo de informar sobre las supuestas irregularidades ocurridas en el proceso electoral y por las acciones que el gobierno y la oposición están asumiendo ante este conflicto interno. Pero, es de suponer que en el contexto actual de Irán la veracidad y la objetividad informativa son características muy complejas de mantener. Ante esta circunstancia, solamente el acceso a diferentes fuentes informativas nos permitirán tener una visión más plural de los hechos.

Dos perspectivas iniciales. En el ámbito del propio Irán, el Consejo de Guardianes (instancia responsable de valorar el proceso electoral) han identificado irregularidades aunque mantienen que no afectan los resultados finales. Es decir, Mahmud Ahmadineyad, el actual presidente tiene que asumir un gobierno enturbiado por los rumores de fraude ante una oposición abanderada por Mir Hosein Musaví que propone cambios en la vida política de Irán.

Los procesos políticos que han ocurrido en Irán solamente pueden ser analizados en el contexto de su realidad política y social. Es una cultura particular con valores propios. Si se llegara a producir cambios es porque sus ciudadanos están en la búsqueda de nuevas circunstancias que le permitan una sociedad más acorde a sus necesidades. Ahora bien, es una decisión que deben tomar los propios ciudadanos de Irán. Por otra parte, es un país estratégico en el contexto internacional por su ubicación en el Oriente Medio. Pero, también es clave por sus recursos, por las relaciones internacionales que ha establecido con otros países y en especial con América Latina. Aunque, el tema abierto más significativo para Europa y Estados Unidos es el uso de la energía nuclear.

En este contexto, ¿cuáles son los límites para que las opiniones de otros gobiernos sean considerados una intromisión? Apoyar sin restricciones al gobierno actual puede ser reconocer en alguna medida las irregularidades cometidas aunque, en este caso en particular, la estructura política del país establece la legalidad del proceso. Rechazarlo, es ignorar la capacidad de esa estructura política de solucionar sus problemas; y, mantenerse neutral, es ser un simple observador de una violencia política que puede aumentar y en la cuál, en los tiempos que corren, sería difícil ocultar.

Ahora bien, es sensato asumir que la comunidad internacional debe denunciar y protestar por la violencia y la defensa de los derechos humanos porque somos integrantes de una comunidad internacional, que aspira establecer parámetros de convivencia con la intención de promover la igualdad del hombre. En una sociedad globalizada son pocas las expresiones que pueden ser ignoradas a pesar del interés de ciertos sectores de silenciar a los medios de comunicación. En Irán se abre un nueva etapa política de interés internacional y su estabilidad política es esencial para la paz en la región.

¿Será Obama el Papa negro?

Por Víctor Manuel Pérez Martínez

La imagen de Barack Obama ha llegado a sugerir que el Papa negro profetizado por Nostradamus está entre nosotros. Más allá de las ocurrencias que proliferan en Internet hay una realidad: los gobiernos latinoamericanos, y del mundo, están encantados, o al menos expectantes, con Obama. Evidentemente hay algunas excepciones, entre ellas el Gobierno de Cuba, las cuales no se sabe si es por conveniencia política o porque necesita seguir manteniendo el discurso político para sus votantes. Similar situación ocurrió con Hugo Chávez: primero Obama era un “pobre ignorante”, después quiere ser su amigo y recientemente advierte que el imperio está “vivito y coleando”. En definitiva, ¡algunos políticos tienen un complejo de veletas impresionante!

En cualquier caso, hay una realidad: los gobiernos de América necesitan con urgencia fortalecer las relaciones con sus socios económicos más importantes con la finalidad de reducir el impacto que la crisis mundial puede causar en la región. Desde esta perspectiva no sería cuestionable el interés que ha generado la reciente visita de Barack Obama en la V Cumbre de las Américas. La nueva administración estadounidense sabe que los países de su propio continente deben ser socios económicos y políticos prioritarios, al margen del debate ideológico. No importan los insultos sino reunirse para acordar negocios rentables; los insultos son para mantener los votos.

En una relación comercial debe haber interés de ambas partes en establecer acuerdos. En general, el acceso a los detalles de esos acuerdos no están a la disposición de los ciudadanos y asumimos que las cláusulas convienen a las dos partes por igual. Sin embargo, sabemos que los negocios también son una forma de hacer política. Estas relaciones se establecen a un alto nivel de gobierno y de empresas con la esperanza que repercuta en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

No obstante, ¿cómo pueden estas nuevas relaciones económicas mantener un equilibrio con el proceso de nacionalización de las empresas en Venezuela? Desde esta perspectiva hay más preguntas que respuestas y por eso es conveniente que la opinión pública se mantenga distraída en los temas políticos, en el discurso de extrema izquierda o en las medidas populistas. Se espera que los ciudadanos, sean partidarios del gobierno o no, exijan transparencia a sus líderes.

Obama: ¿marketing o cambio?

Por Víctor Manuel Pérez Martínez
victor@vmperezm.com

Barack Obama ha logrado captar la atención de los gobiernos de todos los continentes. Su popularidad parece que está en aumento gracias a la promesas de cambio. No hay duda que su imagen está contribuyendo a crear expectativas que esperamos no sean simplemente una estrategia de marketing político sino la fase previa de una política exterior distinta desde los Estados Unidos. Por otra parte, aunque la percepción hacia Obama es positiva, las dudas sobre su administración, en general, no es la misma.

La visita de Obama a Europa generó buenas expectativas. Ahora bien, ¿hasta dónde podrá gerenciar su popularidad y carisma el nuevo presidente de los Estados Unidos? El cuestionamiento del sector más crítico hacia las políticas estadounidenses no está únicamente en función de la persona que asume su gobierno sino en el modelo político y económico de sus administraciones.

Se espera de Barack Obama no solo mensajes de cambio en su política exterior sino compromiso; en resumen, actuar. Es de suponer que por muy buenas intenciones que pueda tener hay una estructura política y económica resistente a los cambios. En definitiva, detrás de la administración actual hay una visión particular del sueño americano reflejado en las orientaciones del Partido Demócrata. Todos deseamos unas relaciones amigables con una de las potencias mundiales; pero, ¿cuáles son las condiciones para mantener esa relación?

La visita de Obama no ha supuesto una mayor importancia más allá del interés mediático sintetizado en declaraciones de buena voluntad; al menos públicamente. Coincidencias en el tema medioambiental, acercamiento con el gobierno de España o el de Irán, interés por promover la paz en el Oriente Próximo, la voluntad de diálogo hacia el mundo musulmán, la actitud positiva hacia un desarme nuclear, la unión en la lucha contra el terrorismo o el tema de Afganistán. Sin embargo, el apoyo de la administración Obama a la entrada de Turquía en la Unión Europea o las declaraciones sobre el lanzamiento del cohete por Corea del Norte posicionan una imagen de Estados Unidos en el espacio político mundial. Sin embargo, todavía hace falta conocer cuáles sus aspiraciones en su propio continente.

¿Cómo podrá Barack Obama generar confianza con aliados tan diversos en relación a sus intereses? Hace un llamado a la unidad, ¿pero cuáles son en concreto las condiciones de esa unidad? ¿Cuál es el punto de equilibrio para que los países puedan llegar a los acuerdos políticos, económicos y militares adecuados? ¿Hasta dónde los intereses propios de los sectores estadounidenses contribuirán al proceso de cambio de Obama?

Impresiones sobre el referéndum

Impresiones sobre el referéndum

Por Víctor Manuel Pérez Martínez
victor@vmperezm.com

La primera valoración es positiva. Los venezolanos fuimos a ejercer nuestro derecho constitucional de participar en un mecanismo establecido por la democracia. El debate sobre la conveniencia o no del referéndum es otro tema. ¿Sobre las consecuencias del resultado? Ese debate se abre a partir de este momento pero sería un error no reconocer la participación cívica de la mayoría de los venezolanos. Esto es un mensaje para la oposición, para el oficialismo y para el mundo. Venezuela, a pesar de la gran división política interna asume la opción de los mecanismos democráticos para solucionar sus diferencias.

Hay quienes pensamos que la convocatoria al referéndum fue una estrategia política de Hugo Chávez para ampliar su presencia en la presidencia venezolana. Fue una estrategia legítima y legal en la medida que se activaron los mecanismos constitucionales. Ahora bien, pero también es una oportunidad para la oposición de mantener y ampliar su presencia en alcaldías y gobernaciones. Al contrario del mensaje mediático sobre una supuesta reelección indefinida de Hugo Chávez, los venezolanos fuimos a decir sí o no por: “permitir que cualquier ciudadano o ciudadana en ejercicio de un cargo de elección popular, pueda ser sujeto de postulación como candidato o candidata para el mismo cargo, por el tiempo establecido constitucionalmente, dependiendo su posible elección, exclusivamente, del voto popular. En otros términos, Hugo Chávez puede ser candidato en las próximas elecciones presidenciales pero también lo pueden ser todos los cargos de elección popular. Incluyendo los de la oposición.

Las energías dedicadas a la lucha por contrarrestar el referéndum ha sido probablemente canalizadas incorrectamente, especialmente la de los jóvenes. La lucha política de la oposición fue nuevamente concentrada en evitar la permanencia de Hugo Chávez, pero ¿cuántos sectores de la oposición no respaldaron el sí aunque públicamente dijeran no? En definitiva, el sí benefició a todos los cargos de elección popular y, por otra parte, si la oposición logra ampliar su presencia en otras regiones, o en la presidencia, la enmienda constitucional ya fue aprobada. ¿Alguien de la oposición va a negarse a poder presentarse a elecciones de forma permanente?

Soy de los que piensan que en una democracia hay que promover la alternancia en el poder. Una persona no debería tener un cargo de forma permanente aunque sea de elección popular. Los partidos políticos deben tener la oportunidad de presentar nuevos líderes con ideas frescas, actualizadas y con visiones distintas. De todas formas, el referéndum lo único que permitió es que quien tenga un cargo de elección popular pueda ser siempre candidato, otra cosa es que los ciudadanos vuelvan a elegirlo. Lo preocupante del asunto es que Venezuela nuevamente está en campaña electoral mientras los problemas del país seguirán a la espera de soluciones.

Resultados del referéndum en Venezuela

El Consejo Nacional Electoral ha colgado en la Red los datos del referéndum realizado en Venezuela el pasado domingo 15 de febrero.

http://www.cne.gov.ve/divulgacion_referendo_enmienda_2009/

Diez años de revolución

Diez años de revolución

Por Víctor Manuel Pérez Martínez
victor@vmperezm.com

Diez años de gobierno es tiempo suficiente para demostrar qué puede ofrecerse a los ciudadanos. También es cierto que en este período la oposición se concentró más en derrocar a Hugo Chávez que en ofrecer alternativas políticas eficaces para solucionar los problemas de los venezolanos. Ahora bien, aunque podemos indicar algunos logros de la llamada revolución bolivariana el balance general no es alentador, al menos en lo que respecta a los grandes problemas estructurales del país. En general seguimos teniendo los mismos problemas de hace diez años y con pocas expectativas de poder solucionarlos.

Las causas no fueron la falta de recursos. Quizás este gobierno es el que ha tenido más ingresos por la venta del petróleo en toda la historia del país. Esto no quiere decir necesariamente que seamos un país rico; pero, al menos, sin con los ingresos suficientes para tener en este momento indicadores más positivos, en especial los relacionados directamente con la calidad de vida de los venezolanos.

Los gobiernos y gobernantes que dedican dinero a festejar sus logros son los que más necesitan demostrar lo indemostrable; es decir, las promesas que no cumplieron. No es simplemente un acto de promoción institucional sino de propaganda política. Los gobiernos eficaces deberían tener la certeza que a través de las elecciones libres y democráticas los ciudadanos evalúan su gestión. Por otra parte, quienes necesitan justificar su presencia en el poder es porque no tienen la capacidad de comprender que es posible contribuir con el país desde una oposición democrática.

En el caso de Venezuela Hugo Chávez no conoce la democracia desde la oposición porque básicamente nunca perteneció a un partido político con trayectoria democrática; su política inicial fueron las armas, después llegaron las circunstancias para que otros crearan alrededor de él un partido político o se unieran otros en nombre de la revolución y ahora es el presidente autodesignado del Partido Socialista Unido de Venezuela. Pero, quien no acepta la crítica poco puede tener de democrático, aunque utilice los mecanismos de la democracia para estar en el poder.

El gobierno nunca se ha preguntado que ocurriría si pierden unas elecciones. Esa situación no está en sus planes; pero, en una democracia son los electores quienes deciden los sistemas, las ideologías y las políticas que rigen sus destinos. Sean concientes o no de esta responsabilidad.

El poder por el poder

 

Por Víctor Manuel Pérez Martínez
victor@vmperezm.com

La realización de consultas en una sociedad es deseable para reforzar los procesos democráticos. Ahora bien, no nos debe extrañar que la conveniencia y la oportunidad de estas consultas puedan estar sujetas a estrategias políticas de quienes asumen el poder. La intención del presidente Hugo Chávez de activar una consulta para hacer una enmienda constitucional que le permita la reelección indefinida es una oportunidad política para poder permanecer más tiempo en la presidencia. La tercera etapa de la revolución nunca estuvo planificada pero los asesores del presidente saben que el momento actual es el más conveniente para crear una oportunidad legal para su reelección antes de que la crisis económica y la situación interna del país sigan debilitando su imagen.

Es cierto que la enmienda le permitiría únicamente presentarse a la próxima campaña electoral como candidato, sin embargo, los recursos mediáticos, económicos y humanos que puede tener desde la presidencia son significativos en comparación con las otras propuestas que pudieran surgir. Por otra parte, el oficialismo sabe perfectamente que Hugo Chávez es el líder capaz de convocar a sus propios votantes, dejar esta responsabilidad a otro candidato puede perjudicar la permanencia en el poder de las personas claves del proceso revolucionario. En otros términos, el Partido Socialista Unido de Venezuela poco tendría que hacer como fuerza política sino es bajo la fuerza de Hugo Chávez.

La reelección presidencial indefinida fue uno de los artículos más debatidos durante la preparación de la Constitución de 1999 que fue aprobada por referendum. En esa ocasión, un sector de los que defienden la reelección indefinida actualmente, consideraron conveniente que un presidente no tuviera la posibilidad de permanecer permanentemente en el poder. Posteriormente, en el referendum más reciente en el cual se solicitó la reforma constitucional, la propuesta de reelección indefinida fue nuevamente descartada por los ciudadanos. ¿Por qué tenemos los ciudadanos que volver a votar por lo mismo?

La estrategia del oficialismo está enfocada a mantener las cuotas de poder. Sobre lo que pretende la oposición, tendremos que esperar para ver como actúan en sus alcaldías y gobernaciones. Los datos de las elecciones regionales muestran en general que hay ciudadanos que no están de acuerdo con el gobierno; lo que no quiere decir que estén de acuerdo con la oposición. Pero, es el gobierno el que está asumiendo políticas nacionales e internacionales a capricho y olvidándose de las grandes necesidades de los ciudadanos venezolanos. Por otra parte, es un signo de que el Partido Socialista Unido de Venezuela no tiene la autonomía suficiente para ser una alternativa política a Hugo Chávez o a la oposición, no porque no existan líderes con propuestas interesantes; simplemente, es un partido hecho a imagen y semejanza de Hugo Chávez.

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Opiniones contrarias a la enmienda constitucional (Vídeo)

Ganó Obama, ¿y ahora?

Ganó Obama, ¿y ahora?

Por Víctor Manuel Pérez Martínez
victor@vmperezm.com

El triunfo de Barack Obama repercutió en todo los países como un buen signo. Para los estadounidenses es la promesa de un cambio en la política interna. La crisis económica les afecta directamente, la pobreza es una realidad, la seguridad social requiere un sistema más justo, la delincuencia y el desempleo son aspectos cotidianos por los cuales la ciudadanía estadounidense se aventuró por un proyecto aparentemente innovador.

En el caso de los otros gobiernos, es una oportunidad para que las tensiones se reduzcan después de la política internacional de George W. Bush. Por otro lado, su imagen personal ha sido convertida en un icono del espíritu original americano, en el cual, la igualdad, la libertad y la idea de una nación democrática toma un nuevo matiz. Ahora bien, más allá de esta congratulación mundial por el presidente electo, y por el retiro de Bush de la Casa Blanca (no se que ha contentado más), hay que asumir algunas realidades para evitar las frustraciones; sin perder la esperanza de un posible cambio.

Precisamente fue la idea de un proyecto de cambio uno de los factores que catapultó a Obama a la Casa Blanca. Las promesas electorales estuvieron en ese contexto y las ratificó en su primer discurso como presidente electo. Pero, todos sabemos, que las promesas electorales en la mayoría de los casos quedan en el olvido cuando la realidad del poder forman parte de las decisiones cotidianas de un gobierno. Dicho de otra manera, tendremos que esperar hasta donde Obama pondrá en práctica su proyecto; cuáles serán los límites impuestos al nuevo presidente desde los sectores políticos y económicos; hasta dónde los compromisos adquiridos en la campaña electoral le pasaran factura.

Ser el presidente de una de las principales potencias económicas y mundiales no es una misión fácil de comprender. Si además, existe la tentación de ser un tipo de gobierno con las pretensiones de tener una omnipresencia en los asuntos extranjeros, aún más. Pero, también debemos añadir, que los enemigos políticos del gobierno estadounidense están alerta a sus decisiones; en especial con la lista dejada por el presidente saliente. Alerta también tendrá que estar Obama con respecto a la amenazas terroristas y mantener un equilibrio entre la protección de su país y el irrespeto por la autonomía de otras naciones.

Prometió un acercamiento hacia los gobiernos que han criticado a los Estados Unidos por su política intervencionista. Sin embargo, ¿hasta dónde será el acercamiento real de Obama hacia Cuba? En el caso de Venezuela, ¿podrán llegar Chávez y Obama a un entendimiento? No será una tarea fácil y solamente el tiempo será quien diga si realmente el sueño de unos Estados Unidos diferente puede lograrse.

¿OBAMA O MCCAIN?

¿OBAMA O MCCAIN?

Por Víctor Manuel Pérez Martínez

Las políticas en materia de relaciones internacionales del próximo presidente de los Estados Unidos influirán en todo el mundo; sin embargo, nos interesa la influencia que tendrán en nuestra región. No podemos obviar las relaciones comerciales de las empresas estadounidenses con las regiones del centro y del sur de América. En el ámbito de los negocios, es conveniente mantener y fortalecer los vínculos comerciales sin perder de vista la soberanía y la autodeterminación de nuestras naciones.

La mayoría de los gobiernos tienen clara la conveniencia de mantener buenas relaciones con los socios del norte pero, en el caso del Gobierno venezolano, ¿quién puede garantizar estas relaciones comerciales? Aunque el gobierno intenta proyectar una imagen reaccionaria las relaciones políticas y económicas con Estados Unidos son importantes para la economía nacional. ¿Es factible cambiar esta situación? Es probable, pero por los momentos a pesar de los insultos, de las amenazas y de la supuesta intención de romper las relaciones diplomáticas con la administración estadounidense, a Estados Unidos le interesa Venezuela y a Venezuela le interesa Estados Unidos. No es un debate ideológico, que no deja de ser importante; es un debate económico: seguir manteniendo la renta petrolera hasta que aparezcan mercados confiables a largo plazo.

La administración del presidente George Bush está finalizando. Sin pretender plantear un debate extremista, es una realidad que la política intervencionista de la Casa Blanca en los países latinoamericanos nos ha debilitado porque no tenemos estructuras democráticas sólidas, una integración regional confiable y una economía saludable. Por otra parte, el Gobierno de Venezuela basó su discurso político en un mensaje nacionalista irracional, conflictivo y arcaico para intentar mostrar una supuesta actitud de protesta contra los Estados Unidos. Descargan la responsabilidad de la pobreza a las políticas capitalistas, opinión que comparto en su justa medida, pero ocultan la responsabilidad de los gobiernos venezolanos, incluyendo el actual.

Hay notables diferencias entre el republicano John McCain y el demócrata Barack Obama. El primero propone una política más intervencionista y de rechazo a los gobiernos de izquierda. El segundo se arriesga a restablecer las relaciones en los temas de interés para su país. Barack Obama declaró estar dispuesto a crear espacios para el acercamiento con algunos de los gobiernos más críticos hacia los Estados Unidos. Si es elegido como presidente, y está dispuesto a mantener su propuesta, la nueva administración tendrá que negociar las siguientes preguntas: cómo, cuándo, dónde y bajo cuáles condiciones se realizaran estos acercamientos. Es de suponer que la exigencia básica será el respeto; en un segundo lugar, será la prioridad de profundizar en los sectores donde la ideología suele dejarse aparcada antes de entrar a las reuniones: la economía, el comercio, el petróleo.

Una nueva campaña electoral

Una nueva campaña electoral

Por Víctor Manuel Pérez Martínez
victor@vmperezm.com

Las próximas elecciones regionales serán un examen muy importante para el gobierno de Hugo Chávez y para la oposición; pero, en definitiva, será una prueba para los ciudadanos venezolanos. En otras palabras, de alguna manera las elecciones regionales serán, nuevamente, una consulta nacional sobre el modelo político que deseamos en Venezuela para los próximos años.

Plantear posibles escenarios es un ejercicio útil para analizar las posibles consecuencias de nuestras decisiones. El gobierno mantiene su estrategia de consolidar el socialismo en el país. Sin embargo, el gran debate está en cuál es el tipo de socialismo del que habla el gobierno, si es que podemos utilizar el término socialismo para definir el proyecto actual de Hugo Chávez. Hay proyectos sociales que no han solucionado los problemas estructurales y tenemos una gran dependencia de la renta petrolera. Hay disposición de ayudar a los pueblos de Latinoamérica; pero, la inseguridad, la sanidad, la vivienda y la educación son asignaturas pendientes en Venezuela. Por lo pronto, las alianzas más fuertes son con gobiernos más cercanos a una izquierda radical donde los derechos humanos están cuestionados.

En el otro sector, está una oposición representada mayoritariamente por una vieja guardia de políticos o por grupos de derechas que estarían dispuestos a lograr el poder utilizando cualquier estrategia. Incluso, retomar los espacios de poder que perdieron hace diez años. La mayoría de los nuevos líderes se han visto eclipsados por la propia oposición y no han sabido mantener una autonomía de pensamiento político ante los nuevos retos del país. Hay líderes regionales, no partidarios de la revolución, con ideas prácticas y útiles que benefician a la región; pero, son silenciados políticamente por el gobierno y la oposición. No hay indicios, ni en la oposición ni en el gobierno, de un plan político alternativo con el objetivo de crear espacios para el consenso en donde los proyectos de los diferentes sectores del país puedan confluir.

Las elecciones regionales crearan un escenario que puede favorecer o perjudicar los planes del gobierno. La oposición, en algunos casos, pretende asumir el control del poder y establecer alianzas para alcanzar la presidencia, ahora que Hugo Chávez no puede ser reelecto. Sin embargo, es probable que el gobierno tenga una estrategia, asumimos que legal, para garantizar la permanencia en el poder de Hugo Chávez: reformar la constitución, solicitar otra consulta popular o seguir el ejemplo de Vladimir Putin en Rusia.

Las elecciones regionales de noviembre, nos guste o no, tendrá la característica de un nuevo referendum. No obstante, lo ideal sería que cada ciudadano evaluara la calidad, el compromiso y el trabajo de los políticos de su región. Votar con responsabilidad y no por las directrices de una ideología sea de izquierda o de derecha.

¿Es UNASUR una alternativa para América del Sur?

¿Es UNASUR una alternativa para América del Sur?

Sabemos que la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) pretende ser una comunidad política y económica que reúna estrategias comúnes para los países de América del Sur. A diferencia de la Organización de Estados Américanos, la ausencia de los Estados Unidos, la convierte en una posible alternativa de unidad para los países de la región. El debate, sin embargo, se encuentra en la consiliación de las políticas asumidas por cada uno de los países, en función de objetivos comúnes. Por otra parte, en América del Sur hay países que son fuerzas económicas importantes para los intereses norteamericanos y europeos. El caso de Brasil es uno de ellos; es una fuerza económica de gran importancia para la zona.

La crisis reciente de Bolivia, puede ser una oportunidad para UNASUR e iniciar estrategias institucionales y estables que permitan el fortalecimiento de la democracia en América del Sur. A pesar de las diferencias políticas entre los gobiernos de la región, UNASUR es una alternativa. Todo dependerá de la voluntad política de los gobernantes.

Más información en:

UNASUR: http://www.uniondenacionessuramericanas.com/

UNASUR en Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Comunidad_Sudamericana_de_Naciones

 

La milicia socialista

La milicia socialista

Por Víctor Manuel Pérez Martínez
victor@vmperezm.com

Nadie puede poner en duda la institucionalidad o la profesionalidad de la mayoría de los integrantes de la Fuerza Armada en Venezuela. Ese no es el punto a debatir. Sin embargo: ¿Por qué Venezuela necesita una estructura militar reconocida legalmente como Milicia Nacional Bolivariana o una Seguridad Ciudadana? ¿No son suficientes los otros componentes de la estructura militar para garantizar los objetivos militares del país?.

Personalmente, esta nueva ley, genera más preguntas que respuestas. Desde el gobierno señalan que no hay inconformidad en los cuarteles. Me pregunto: ¿Quién sería el militar, en activo, que cuestionaría una ley dictada por el presidente? Pero, además, el planteamiento no es si la estructura militar está de acuerdo o no con una determinada ley. La Fuerza Armada debe estar sujeta al poder civil y debe ser una Asamblea Nacional (representativa de los ciudadanos venezolanos) quienes establezcan los límites a los poderes en Venezuela. Pero, eso no ocurre, esta ley llega vía habilitante. Esto, no quiere que decir que no sea legal.

Quizás, simplemente sea una excusa para generar un debate innecesario en la opinión pública mientras los graves problemas, de la Fuerza Armada, se debaten en secreto en los cuarteles bajo una estructura jerárquica en donde solamente es permitido seguir órdenes. El detalle, es que las órdenes provienen de quienes defienden el socialismo a muerte. ¿Están realmente seguros los altos mandos militares que los venezolanos deseamos un “socialismo o muerte” al estilo del presidente Hugo Chávez? Tenemos el mismo problema de gobiernos anteriores: la estructura militar es un mundo paralelo a la vida social del país por mucho que existan misiones cívico-militares. Sin embargo, la Fuerza Armada debe seguir siendo institucional. Quienes debemos cambiar el sistema político civil somos los ciudadanos de Venezuela.

Un porcentaje importante de venezolanos nos gustaría una estructura militar más profesional, al margen de los debates políticos ideológicos fanáticos, más constitucional, menos atada al presidente y más vinculada al pueblo a través de su Asamblea Nacional. Por otra parte, aunque soñemos y deseemos un mundo sin guerra, es una realidad que los estamentos militares tienen que organizarse, capacitarse y aumentar su capacidad de movilización ante situaciones violentas. No obstante, los conflictos suelen tener relación con el estilo de gobierno y el tipo de relaciones diplomáticas o comerciales establecidas con los otros países.

Hay quienes piensan que la única forma de enfrentarse a los modelos neoliberales o al capitalismo es usando la fuerza, el discurso combatiente, el chantaje con el petroleo. Ahora, ante las recientes tensiones entre Rusia y Estados Unidos, nuestros gobernantes deberían practicar la prudencia política evitando vincular a Venezuela en un posible conflicto.

Siempre me he preguntado, ¿quién es el presidente para hipotecar la paz, al país y a los venezolanos, en función de los intereses imperialistas de Rusia, China o los Estados Unidos? ¿Por qué un presidente venezolano, sea de derecha o de izquierda, debe tener un poder ilimitado en decisiones que pueden poner en riesgo la vida, el comercio, los recursos y el futuro de Venezuela? La verdadera revolución, si existiese, tendría que poner límites y limitaciones, a quienes como el gobierno actual, o los anteriores, han utilizado el poder, y a la Fuerza Armada, bajo el criterio personalista e interesado de sus concepciones ideológicas, intereses económicos y sueños de poder.

Un socialismo amordazado

Un socialismo amordazado

Por Víctor Manuel Pérez Martínez
victor@vmperezm.com

El socialismo, según el diccionario es un “sistema de organización social y económico basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y en la regulación por el Estado de las actividades económicas y sociales, y la distribución de los bienes”. En otros términos, pudiéramos sintetizar que el socialismo es un modelo político con la finalidad de garantizar una distribución más equitativa de las riquezas. No obstante, el socialismo de la revolución bolivariana es una ideología en la cual está la visión personal de algunos representantes de la extrema izquierda y la conveniencia autoritaria de quienes asumen el poder.

El debate político en Venezuela se ha concentrado en la figura presidencial y en su discurso siempre cercano al oportunismo de generar confrontación entre sus opositores y atención mediática. Son escasas las intervenciones presidenciales en las cuales hay un lenguaje acorde con la figura presidencial y es preferible un tono combativo, al buen estilo imperial y populista, para generar en un sector de la población aprobación y confianza.

Sin embargo, el debate debería concentrarse en las decisiones económicas y políticas del gobierno realizando un análisis a corto, mediano y largo plazo. De esta forma, podemos establecer si estamos ante un estilo de gobierno fundamentado en principios sociales. Por otra parte, no es hacer un análisis puntual, porque le guste o no al sector oficialista, antes del gobierno actual, en más o menor medida, han existido políticas sociales. La reflexión es, ¿está el gobierno actual asumiendo un sistema político social y democrático? ¿No será que simplemente están ofreciendo medidas pasajeras para mantener a la población en silencio, alienada y bajo la figura paternalista de un líder carismático? Un gobierno socialista, en un sistema democrático, debería basarse en el debate, con altura, de los problemas nacionales entre los sectores afectos u opositores al sistema.

En Venezuela, el problema no está en cuestionar el sistema político... el problema está en cuestionar las decisiones del presidente Hugo Chávez. ¿Hay libertad de expresión? Efectivamente hay algunos espacios porque el debate está en la calle y en algunos medios de comunicación. No obstante, la pregunta es: ¿hasta dónde las estructuras políticas y económicas permiten que estas opiniones puedan ser canalizadas en función del bien común en el cual se basa un socialismo real? ¿Por qué no hay un debate interno en la Asamblea Nacional o en el Partido Socialista Unido de Venezuela sobre la conveniencia o no de las actuaciones del gobierno actual? ¿Quién tiene la mentalidad revolucionaria de decir “NO” a las nueva clase chavista?

Uno de los errores, a mi juicio desde el inicio de la democracia en Venezuela, es la falta de formación para vivir y convivir en democracia. Debemos aprender a vivir en democracia independientemente que el gobierno sea de derecha, centro, izquierda o revolucionario. Es decir, el problema no es cuestionar al gobierno; el problema, está en que se respete el derecho a opinar, a no ser excluido por la tendencia política, a ser respetado como ser humano y ciudadano venezolano. El problema está, en que en el actual modelo revolucionario, quien no diga amén, como buen camarada, está excluido.

Las 26 leyes promulgadas por Hugo Chávez

Las 26 leyes promulgadas por Hugo Chávez gracias a la Ley Habilitante han generado discrepancias entre los sectores oficiales y de oposición. También el debate está presente en el ámbito legal. Es importante conocer todos los puntos de vistas:

Leyes aprobadas:

http://www.gobiernoenlinea.ve/noticias-view/ver_detalles.pag?idNoticia=81703

Diferentes puntos de vistas:

http://politica.eluniversal.com/ajuri_index.shtml

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=47036

Otra vez Colombia

Cualquier estratega militar le recomendaría a Hugo Chávez que vaya cerrando frentes de batalla en el ámbito político. Al menos trato de minimizar el debate abierto con España (desde el año pasado) y cambiar de estrategia con Alemania. Sin embargo, encontró en Colombia la oportunidad para seguir manteniendo su discurso conflictivo y antinorteamericano. Pero, es una buena técnica para estar en los medios de comunicación social del mundo entero.

Si la información que está en el ordenador encontrado por Colombia es cierta, dudo que alguien se sorprenda. En definitiva, Venezuela comparte una gran frontera con Colombia y la guerrilla colombiana no es la primera vez que ha puesto en dificultades a nuestro país. Si existieron relaciones o no con las FARC ¿quién va a demostrarlo? Evidentemente el gobierno que las hayas tenido, sea cual sea, pretenderá ocultarlas. Es absurdo pensar que un gobierno va a expresar públicamente el apoyo a un grupo que mata, secuestra, extorsiona y ha mantenido en zozobra durante tantos años a una sociedad.

El gobierno de Hugo Chávez sabe perfectamente que el enfrentamiento con Colombia y con Estados Unidos le permite crear una cortina de humo que oculte los verdaderos problemas que afectan a Venezuela. En especial, cuando estamos en un proceso de campaña electoral constante y en donde, es factible, que el proceso revolucionario se vea debilitado por la conflictividad de intereses que hay entre sus propias filas. Hugo Chávez y algunos de sus seguidores ven, en una hipotética guerra con Colombia, una meta revolucionaria contra el imperio del Norte.

¿Quién apoyaría ese conflicto armado? Pero, ¿por qué vamos hacer una guerra? En una revolución democrática todos sus líderes deben estar sujetos a la ley. Por eso, los principales interesados en saber si la información que maneja Colombia es cierta o falsa deberían ser los propios integrantes de la revolución. Pero, no hay en Venezuela la libertad, ni la voluntad revolucionaria, de asumir una investigación sería y confiable en donde se cuestione a su líder. Al menos, por ahora. Esta situación la sabe el presidente.

¿Qué pasará cuando Hugo Chávez deje el poder y sea considerado un ciudadano más? No obstante, será muy difícil que Hugo Chávez deje el poder y especial si la oposición no asume un proyecto de país distinto al que tenemos.

Víctor Manuel Pérez Martínez

La voz de Bolivia

Cuando las sociedades desean elevar su voz no hay otra opción que crear espacios para el diálogo sino las tensiones entre las clases pueden generar conflictos graves. Es probable que el gobierno de Evo Morales en Bolivia no tenga otro remedio que abrir canales de encuentro entre los actores políticos de su país; en concreto, en el Departamento de Santa Cruz. Pero, esa es la obligación de un gobierno democrático, en especial, si dice ser revolucionario.

Si el referéndum realizado en el Departamento de Santa Cruz para aprobar un Estatuto de Autonomía es constitucional o no, esto ha pasado a un segundo plano. Es un tema que les compete a los organismos de justicia bolivianos decidir. Sin embargo, el debate sobre la forma de gobernar la nación es el eje central de un proceso político que no termina de ser convincente. Evo Morales asumió que su gobierno es una revolución de los indígenas; otro sector del país, quiere evitar un movimiento que puede afectar sus intereses.

Las decisiones políticas de Evo Morales generaron un alto grado de conflictividad en un país donde las diferencias sociales son muy visibles. Algunos consideran que tan ilegítimo es la nueva constitución impuesta por el presidente como el estatuto de autonomía. No es un secreto que las clases más ricas no quieren perder, lo que consideran, son sus derechos adquiridos. Por otra parte, la clase más pobre han visto en su presidente una alternativa para mejorar su calidad de vida. La realidad social es compleja y se agravó más cuando el nuevo gobierno comenzó la aplicación de medidas populistas que ha logrado la simpatía de los más necesitados. La pregunta es, ¿son las medidas populistas las más adecuadas para sacar de la crisis y de la pobreza un país como Bolivia?

El concepto de “autonomía” es complejo porque hace referencia a gobiernos autonómicos con competencias en varias áreas, en las cuales, el gobierno central puede no tener un control directo. ¿Hasta dónde ciertas competencias deben ser exclusivas de las regiones? Pero, el problema central, es el económico. El Departamento de Santa Cruz es una de las regiones bolivianas donde la riqueza se ha concentrado en los últimos años y la posibilidad de administrar sus propios recursos es cuestionable en una idea de nación, en donde todas las regiones son parte de un mismo país.

Es probable que el Estatuto Autonómico tienda ser separatista y no tenga la base política para que realmente siga adelante; esto lo saben quienes propusieron el texto autonómico. Pero, un movimiento indigenista y populista al estilo de Evo Morales abrió grandes interrogantes sobre el estado de derecho, la propiedad privada o las relaciones entre los sectores económicos del país.

Los hechos que están ocurriendo en Bolivia no deberían ser ajenos a Latinoamérica. En la medida que existan divisiones y enfrentamiento social nuestra región no podrá encausar su energía en proyectos comunes que nos beneficien como sociedad.

Víctor Manuel Pérez Martínez

Las prioridades de la revolución

El socialismo que se pretende instituir en Venezuela se ha olvidado de sus prioridades. Al menos, eso parece indicar cuando se habla del sector trabajo. Según datos del propio Instituto Nacional de Estadística ( www.ine.gov.ve ) en el mes de enero de 1999 la tasa de inactividad general fue del 31,8%. En el mismo mes de enero, pero de 2008, la tasa de inactividad fue del 36,5%. Si nos concentramos en las mujeres, en enero de 1999 la tasa de inactividad fue del 47%; en enero de 2008, la tasa fue del 51,3%. En resumen, hay más ciudadanos venezolanos sin trabajo. Es válido señalar que también la población aumentó; pero, en un gobierno revolucionario (al menos eso dice) estos datos son el reflejo de que han perdido las prioridades. Las prioridades de este gobierno son otras y eso es una realidad. El constante enfrentamiento con los gobiernos que no se rinden a las directrices de un socialismo con altas dosis de imperialismo. Es curioso, pero ¿era posible pensar en un socialismo más imperialista que el propio imperialismo? Estamos hablando del gobierno, no de las comunidades y la mayoría de los líderes de base que tienen claro cuales son los ejes fundamentales de una sociedad más justa y humana.

En las calles de nuestros barrios el desempleo, la inseguridad, la salud, la comida son prioridades. Nuestro sistema eléctrico nacional no pasaría un examen básico de seguridad ¿Me equivoco? En el gobierno, la prioridad es la inversión de los cerca de 241 millones de dólares para que el satélite “Simón Bolívar” esté en órbita; un símbolo de la revolución. Además, de la mano con China: ¿Será el nuevo modelo político que buscaran para los venezolanos? Sin embargo, para que no nos tachen de falta de visión, la idea del satélite no es un error. Estamos hablando de prioridades. La revolución se ha olvidado que hay ciudadanos que necesitan hacer grandes esfuerzos para subsistir en esta tierra.

Las prioridades del presidente es seguir en el poder. Mantener su status en un proceso que depende exclusivamente de la renta petrolera. Por eso, si es necesario dedicarle horas y horas (¿quién puede tener tanto tiempo libre?) al aumento de su ego personal será bienvenido. Siempre habrá, al igual que a Bush, quien le sonría sus frases, le ría sus gracias y le haga pleitesía para mantener también su cuota de poder. Sin embargo, queda la esperanza que existan socialistas revolucionarios en sus filas; pero, ¿puede alguien cuestionar el proceso aunque tenga razón? Sería su muerte política. Por otra parte, la oposición sigue dividida, sin norte establecido, dejando pasar el tiempo, volviendo a pensar en las elecciones... Un buen slogan sería: Venezuela, tierra de las elecciones permanentes. ¿Podrán algún día ser útiles para hacer un país más rico, más libre y con ganas de construir un mundo mejor? Hacen faltan vientos de cambio, nuevas estrategias y nuevas formas de construir una Venezuela diferente. Tantos años de poder de la revolución bolivariana no ha logrado alcanzar las expectativas de los venezolanos.

Víctor Manuel Pérez Martínez

La nueva revolución cubana

Todo pareciera indicar que el nuevo responsable del gobierno cubano, Raúl Castro, está dispuesto a crear un nuevo escenario para el país. ¿Es realmente un proceso de apertura? ¿Son medidas con la finalidad de tranquilizar a la población ante la ausencia del gran líder? Quizás se estén preguntando los integrantes del gobierno: ¿Podemos mantener la revolución cubana hoy?

Por lo pronto, las noticias provenientes de Cuba hablan sobre el acceso de la población a comprar ordenadores, reproductores DVD, electrodomésticos, celulares, materiales para la agricultura… incluso, ya pueden tener acceso a los hoteles y sitios claves turísticos. Algunos se dirán: ¡Eso no ocurre en Cuba! Pero, sí ocurre. Pasaron algunos años para que el gobierno de Cuba “abriera la mano” socialista al pueblo. Antes, todos estos privilegios –como en otros sistemas-, solamente estaban destinados para quienes integraban y eran parte del poder. ¿Qué ha cambiado en Cuba para que exista esta apertura?

Hay quienes mantienen que en Cuba todavía no ha pasado nada, porque las estructuras de poder siguen queriendo mantener los esquemas, con los cuales, la revolución cubana triunfó. Planteamiento que en su momento, probablemente, fueran los más adecuados; sin embargo, actualmente, carecen de sentido básico en sociedades democráticas.

La pobreza, ayudada por el embargo ilógico norteamericano, es lo que ha mantenido la revolución cubana en los últimos años. La baja calidad de vida de la sociedad cubana, como la presente en otras sociedades latinoamericanas, es precisamente la que permite el mantenimiento de sistemas opresores, tan perjudiciales como el capitalismo o la globalización, cuando se radicalizan. La falta de una educación integral, fundamentada en valores democráticos, es difícil de conseguir cuando la pobreza se negocia como arma política para alcanzar los recursos básicos. Por otra parte, la estrategia política de los gobiernos norteamericanos ha mantenido estos sistemas, y a la vez, contribuido a generar nuevos patrones populistas, totalitarios y dictatoriales.

Hace falta una generación de jóvenes latinoamericanos con un esquema más inteligente, y actual, de lucha política que permita fundar las bases de un futuro más democrático. Eso sí, cada país debe ser protagonista de su historia y de su destino; pero, no se puede guardar silencio ante aquellos atropellos a los principios básicos de convivencia humana.