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Plaza Pública

Otra vez Colombia

Cualquier estratega militar le recomendaría a Hugo Chávez que vaya cerrando frentes de batalla en el ámbito político. Al menos trato de minimizar el debate abierto con España (desde el año pasado) y cambiar de estrategia con Alemania. Sin embargo, encontró en Colombia la oportunidad para seguir manteniendo su discurso conflictivo y antinorteamericano. Pero, es una buena técnica para estar en los medios de comunicación social del mundo entero.

Si la información que está en el ordenador encontrado por Colombia es cierta, dudo que alguien se sorprenda. En definitiva, Venezuela comparte una gran frontera con Colombia y la guerrilla colombiana no es la primera vez que ha puesto en dificultades a nuestro país. Si existieron relaciones o no con las FARC ¿quién va a demostrarlo? Evidentemente el gobierno que las hayas tenido, sea cual sea, pretenderá ocultarlas. Es absurdo pensar que un gobierno va a expresar públicamente el apoyo a un grupo que mata, secuestra, extorsiona y ha mantenido en zozobra durante tantos años a una sociedad.

El gobierno de Hugo Chávez sabe perfectamente que el enfrentamiento con Colombia y con Estados Unidos le permite crear una cortina de humo que oculte los verdaderos problemas que afectan a Venezuela. En especial, cuando estamos en un proceso de campaña electoral constante y en donde, es factible, que el proceso revolucionario se vea debilitado por la conflictividad de intereses que hay entre sus propias filas. Hugo Chávez y algunos de sus seguidores ven, en una hipotética guerra con Colombia, una meta revolucionaria contra el imperio del Norte.

¿Quién apoyaría ese conflicto armado? Pero, ¿por qué vamos hacer una guerra? En una revolución democrática todos sus líderes deben estar sujetos a la ley. Por eso, los principales interesados en saber si la información que maneja Colombia es cierta o falsa deberían ser los propios integrantes de la revolución. Pero, no hay en Venezuela la libertad, ni la voluntad revolucionaria, de asumir una investigación sería y confiable en donde se cuestione a su líder. Al menos, por ahora. Esta situación la sabe el presidente.

¿Qué pasará cuando Hugo Chávez deje el poder y sea considerado un ciudadano más? No obstante, será muy difícil que Hugo Chávez deje el poder y especial si la oposición no asume un proyecto de país distinto al que tenemos.

Víctor Manuel Pérez Martínez

La voz de Bolivia

Cuando las sociedades desean elevar su voz no hay otra opción que crear espacios para el diálogo sino las tensiones entre las clases pueden generar conflictos graves. Es probable que el gobierno de Evo Morales en Bolivia no tenga otro remedio que abrir canales de encuentro entre los actores políticos de su país; en concreto, en el Departamento de Santa Cruz. Pero, esa es la obligación de un gobierno democrático, en especial, si dice ser revolucionario.

Si el referéndum realizado en el Departamento de Santa Cruz para aprobar un Estatuto de Autonomía es constitucional o no, esto ha pasado a un segundo plano. Es un tema que les compete a los organismos de justicia bolivianos decidir. Sin embargo, el debate sobre la forma de gobernar la nación es el eje central de un proceso político que no termina de ser convincente. Evo Morales asumió que su gobierno es una revolución de los indígenas; otro sector del país, quiere evitar un movimiento que puede afectar sus intereses.

Las decisiones políticas de Evo Morales generaron un alto grado de conflictividad en un país donde las diferencias sociales son muy visibles. Algunos consideran que tan ilegítimo es la nueva constitución impuesta por el presidente como el estatuto de autonomía. No es un secreto que las clases más ricas no quieren perder, lo que consideran, son sus derechos adquiridos. Por otra parte, la clase más pobre han visto en su presidente una alternativa para mejorar su calidad de vida. La realidad social es compleja y se agravó más cuando el nuevo gobierno comenzó la aplicación de medidas populistas que ha logrado la simpatía de los más necesitados. La pregunta es, ¿son las medidas populistas las más adecuadas para sacar de la crisis y de la pobreza un país como Bolivia?

El concepto de “autonomía” es complejo porque hace referencia a gobiernos autonómicos con competencias en varias áreas, en las cuales, el gobierno central puede no tener un control directo. ¿Hasta dónde ciertas competencias deben ser exclusivas de las regiones? Pero, el problema central, es el económico. El Departamento de Santa Cruz es una de las regiones bolivianas donde la riqueza se ha concentrado en los últimos años y la posibilidad de administrar sus propios recursos es cuestionable en una idea de nación, en donde todas las regiones son parte de un mismo país.

Es probable que el Estatuto Autonómico tienda ser separatista y no tenga la base política para que realmente siga adelante; esto lo saben quienes propusieron el texto autonómico. Pero, un movimiento indigenista y populista al estilo de Evo Morales abrió grandes interrogantes sobre el estado de derecho, la propiedad privada o las relaciones entre los sectores económicos del país.

Los hechos que están ocurriendo en Bolivia no deberían ser ajenos a Latinoamérica. En la medida que existan divisiones y enfrentamiento social nuestra región no podrá encausar su energía en proyectos comunes que nos beneficien como sociedad.

Víctor Manuel Pérez Martínez

Las prioridades de la revolución

El socialismo que se pretende instituir en Venezuela se ha olvidado de sus prioridades. Al menos, eso parece indicar cuando se habla del sector trabajo. Según datos del propio Instituto Nacional de Estadística ( www.ine.gov.ve ) en el mes de enero de 1999 la tasa de inactividad general fue del 31,8%. En el mismo mes de enero, pero de 2008, la tasa de inactividad fue del 36,5%. Si nos concentramos en las mujeres, en enero de 1999 la tasa de inactividad fue del 47%; en enero de 2008, la tasa fue del 51,3%. En resumen, hay más ciudadanos venezolanos sin trabajo. Es válido señalar que también la población aumentó; pero, en un gobierno revolucionario (al menos eso dice) estos datos son el reflejo de que han perdido las prioridades. Las prioridades de este gobierno son otras y eso es una realidad. El constante enfrentamiento con los gobiernos que no se rinden a las directrices de un socialismo con altas dosis de imperialismo. Es curioso, pero ¿era posible pensar en un socialismo más imperialista que el propio imperialismo? Estamos hablando del gobierno, no de las comunidades y la mayoría de los líderes de base que tienen claro cuales son los ejes fundamentales de una sociedad más justa y humana.

En las calles de nuestros barrios el desempleo, la inseguridad, la salud, la comida son prioridades. Nuestro sistema eléctrico nacional no pasaría un examen básico de seguridad ¿Me equivoco? En el gobierno, la prioridad es la inversión de los cerca de 241 millones de dólares para que el satélite “Simón Bolívar” esté en órbita; un símbolo de la revolución. Además, de la mano con China: ¿Será el nuevo modelo político que buscaran para los venezolanos? Sin embargo, para que no nos tachen de falta de visión, la idea del satélite no es un error. Estamos hablando de prioridades. La revolución se ha olvidado que hay ciudadanos que necesitan hacer grandes esfuerzos para subsistir en esta tierra.

Las prioridades del presidente es seguir en el poder. Mantener su status en un proceso que depende exclusivamente de la renta petrolera. Por eso, si es necesario dedicarle horas y horas (¿quién puede tener tanto tiempo libre?) al aumento de su ego personal será bienvenido. Siempre habrá, al igual que a Bush, quien le sonría sus frases, le ría sus gracias y le haga pleitesía para mantener también su cuota de poder. Sin embargo, queda la esperanza que existan socialistas revolucionarios en sus filas; pero, ¿puede alguien cuestionar el proceso aunque tenga razón? Sería su muerte política. Por otra parte, la oposición sigue dividida, sin norte establecido, dejando pasar el tiempo, volviendo a pensar en las elecciones... Un buen slogan sería: Venezuela, tierra de las elecciones permanentes. ¿Podrán algún día ser útiles para hacer un país más rico, más libre y con ganas de construir un mundo mejor? Hacen faltan vientos de cambio, nuevas estrategias y nuevas formas de construir una Venezuela diferente. Tantos años de poder de la revolución bolivariana no ha logrado alcanzar las expectativas de los venezolanos.

Víctor Manuel Pérez Martínez

La nueva revolución cubana

Todo pareciera indicar que el nuevo responsable del gobierno cubano, Raúl Castro, está dispuesto a crear un nuevo escenario para el país. ¿Es realmente un proceso de apertura? ¿Son medidas con la finalidad de tranquilizar a la población ante la ausencia del gran líder? Quizás se estén preguntando los integrantes del gobierno: ¿Podemos mantener la revolución cubana hoy?

Por lo pronto, las noticias provenientes de Cuba hablan sobre el acceso de la población a comprar ordenadores, reproductores DVD, electrodomésticos, celulares, materiales para la agricultura… incluso, ya pueden tener acceso a los hoteles y sitios claves turísticos. Algunos se dirán: ¡Eso no ocurre en Cuba! Pero, sí ocurre. Pasaron algunos años para que el gobierno de Cuba “abriera la mano” socialista al pueblo. Antes, todos estos privilegios –como en otros sistemas-, solamente estaban destinados para quienes integraban y eran parte del poder. ¿Qué ha cambiado en Cuba para que exista esta apertura?

Hay quienes mantienen que en Cuba todavía no ha pasado nada, porque las estructuras de poder siguen queriendo mantener los esquemas, con los cuales, la revolución cubana triunfó. Planteamiento que en su momento, probablemente, fueran los más adecuados; sin embargo, actualmente, carecen de sentido básico en sociedades democráticas.

La pobreza, ayudada por el embargo ilógico norteamericano, es lo que ha mantenido la revolución cubana en los últimos años. La baja calidad de vida de la sociedad cubana, como la presente en otras sociedades latinoamericanas, es precisamente la que permite el mantenimiento de sistemas opresores, tan perjudiciales como el capitalismo o la globalización, cuando se radicalizan. La falta de una educación integral, fundamentada en valores democráticos, es difícil de conseguir cuando la pobreza se negocia como arma política para alcanzar los recursos básicos. Por otra parte, la estrategia política de los gobiernos norteamericanos ha mantenido estos sistemas, y a la vez, contribuido a generar nuevos patrones populistas, totalitarios y dictatoriales.

Hace falta una generación de jóvenes latinoamericanos con un esquema más inteligente, y actual, de lucha política que permita fundar las bases de un futuro más democrático. Eso sí, cada país debe ser protagonista de su historia y de su destino; pero, no se puede guardar silencio ante aquellos atropellos a los principios básicos de convivencia humana.

¿Por quién vamos a luchar?

Si la celeridad con la cual el presidente Hugo Chávez habla de guerra lo hiciera para solucionar los problemas del país… Venezuela sería de todos. Pero, esto no es así. Sin embargo Hugo Chávez necesita votos, quiere una guerra a cualquier precio y se burla descaradamente de los venezolanos. Y ahora, quiere vendernos un conflicto bélico en vez de promover un diálogo entre Colombia y Ecuador. La paz de Hugo Chávez es muy extraña: todos deben aceptar sus condiciones. Pero, ¿cuáles condiciones le impuso las FARC?


La realidad es que el gobierno de Colombia cometió un error de diplomacia internacional cuando incurrió en territorio ecuatoriano. Obviar la molestia del gobierno de Ecuador es no reconocer su soberanía sobre su territorio. No se justifica la incursión del ejército colombiano bajo la excusa de capturar a miembros de la FARC. Sin embargo, más allá del hecho hay una realidad: no hay acuerdos sólidos entre ambos países para reducir a la guerrilla. Y si hablamos de Venezuela, el gobierno actual niega que las FARC sean un movimiento terrorista. La situación de Colombia no es fácil: tiene una guerrilla interna y además, dos países fronterizos se niegan a combatirla.

En toda guerra hay países enfrentados; pero, en principio, debe haber una causa por la cual luchar. ¿Cuál es la causa del gobierno de Venezuela para declararle la guerra a Colombia? Hasta donde sabemos Colombia no está realizando ningún tipo de reclamación territorial, tampoco creo que tenga previsto invadir algún pueblo fronterizo y el tema del golfo no está en el debate actualmente. Esperemos que el gobierno de Hugo Chávez no considere que la causa justa de la guerra sea defender a los miembros de las FARC… El ejército venezolano a quien defendería: a los venezolanos, a los ecuatorianos o a los miembros de la FARC.

El interés de la guerra en Hugo Chávez es una cortina de humo, muy oportuna, para desviar la atención de la sociedad venezolana. En especial, la de sus seguidores. Una guerra actualmente le permitiría buscar elementos que justifiquen su permanencia en el poder. Es una estrategia ideal para quien no tiene más argumento que el abuso del poder y la utilización de los recursos para ideologizar al pueblo.

Estoy seguro que los suramericanos no queremos ver morir a nuestros hijos, hermanos y amigos en una guerra; y mucho menos, defendiendo los valores terroristas de la FARC.

Por: Victor Manuel Pérez Martínez

Nos quieren vender una guerra

La incapacidad del gobierno de Venezuela de solucionar los problemas de Hugo Chávez con el gobierno colombiano es tan grave que son capaces de motivar una guerra antes que sentarse a negociar. Reitero que es un conflicto personal, porque ¿los venezolanos, o los colombianos, estamos dispuestos a una guerra? ¿Cuál es la causa? Por lo pronto el único argumento son las ansias del poder, por el poder, de Hugo Chávez. Sin contar, el apoyo de Daniel Ortega, ¿quizás de Fidel Castro?, a cambio de petróleo barato. Me niego a pensar, aunque todo es posible (incluso lo imposible), que haya sido otra de las condiciones de las FARC. ¿En que bando estarían las FARC? ¿Actuarían desde Venezuela?

Sin embargo, también es una buena estrategia para seguir en el poder y buscar argumentos para que se apruebe una hipotética reelección. Un conflicto en los próximos años requeriría de su permanencia en el poder. ¿Quizás decida ir al frente? No es probable, en el frente estarán los jóvenes venezolanos derramando su sangre y la nuestros hermanos colombianos. Pero, además, sembrar odio entre pueblos hermanos para establecer la base de futuras acciones terroristas. ¿Qué podemos pensar de un político que defiende a las FARC?


Los venezolanos debemos asumir con más responsabilidad el destino político de nuestro país. No hay argumentos políticos, ni revolucionarios y mucho menos socialistas en el discurso de Hugo Chávez y de su gobierno. Es el momento de cambios radicales, por la vía democrática, que permitan establecer límites a las ansias imperialistas y expansionistas del presidente. No quiero el imperialismo norteamericano; pero tampoco el imperialismo, disfrazado de socialismo y revolución, pregonado por el presidente.

Es el momento de reaccionar y las instituciones democráticas del país deberían asumir su responsabilidad ante la nación. ¿Es tan fuerte políticamente Hugo Chávez que las estructuras democráticas de Venezuela no pueden hacerle un llamado de alerta y exigirle límites a su discurso inconstitucional? ¿Quién es Hugo Chávez para amenazar, en nombre de todos los venezolanos, a los países que no comparten su sueño de ser el heredero de Simón Bolívar; por supuesto, a su estilo?

Aunque no compartamos sus ideas Hugo Chávez es el presidente del país; sin embargo, el no está asumiendo su responsabilidad ante la realidad social, económica y política de Venezuela. Son las instituciones democráticas, establecidas por la constitución, quienes deben demostrar su legitimidad ante quien pretende manipularlos. Nos negamos muchos venezolanos a creer que el poder legislativo o el poder judicial, o los otros poderes, no tengan capacidad de autonomía para establecer límites al poder ejecutivo.

Por: Víctor Manuel Pérez Martínez

3R por 3T

Las denominadas 3R (revisión, rectificación y reimpulso) como estrategia del presidente y del proceso revolucionario para el 2008 deberían ser cambiadas por las 3T: Trabajo, trabajo y más trabajo. Las 3R puede ser una estrategia partidista de quienes apoyan la revolución; pero, el trabajo que el gobierno debe asumir con seriedad en los diversos sectores del país es, además de una estrategia que le compete por obligación, una buena opción para que todos los venezolanos nos veamos beneficiado en nuestros derechos. Es decir, hablar menos y actuar más. 

El gobierno tiene más que datos, experiencias y testimonios de las debilidades y amenazas de los últimos años. ¿Necesitan más errores para darse cuenta? Esperemos que no, porque cada vez afectan más a los ciudadanos, y en especial, a los que han confiado, y confían, en un llamado proceso revolucionario. Con sus excepciones puntuales las cuales han sido exitosas. Personalmente no me causa extrañeza el llamado a la reconciliación del presidente y menos la estrategia de reducir el nivel de conflicto en el discurso público. Cada vez que la situación ha sido compleja, para el gobierno, apelan a los sentimientos y asumen una actitud de “víctima”.

El gobierno debe comprender, y en concreto los de más alto nivel (no exclusivamente Hugo Chávez), que Venezuela requiere de un gobierno responsable, coherente y eficiente. Tarde o temprano, por la vía democrática, el pueblo sabrá castigar a quienes no han asumido con responsabilidad su papel político. Sin embargo, la situación actual, ha implicado una paralización del desarrollo global del país, en comparación con las expectativas previstas a la llegada de Hugo Chávez al poder.

El año 2007 culminó con hechos que han debilitado al gobierno: existe pobreza, no hay un sistema de sanidad eficiente, hay delincuencia, el referendum para la reforma constitucional impidió la reforma propuesta por el presidente, imprudencia en las relaciones internacionales, y para terminar, la manipulación de la FARC. ¿Qué más necesita el gobierno para entender que el rumbo debe ser reorientado? ¿Qué más necesita la oposición para proponer uno nuevo?

No hay reforma ¿Y ahora?

Los ciudadanos, con derecho al voto t que fueron a votar en Venezuela (ademas aquellas que se abstuvieron de hacerlo), han paralizado la reforma constitucional planteada por el oficialismo. Es probable que a partir de este momento cada sector comience a interpretar los datos y rentabilizar los resultados en función de las próximas elecciones presidenciales. En definitiva, fue el único artículo propuesto a reforma que ocupó el mayor interés de los sectores políticos, conjuntamente con aquellos vinculados a la propiedad privada.


Sin embargo, en una primera lectura, hay varias reflexiones que considero necesarias realizar. Una de ellas es que un sector de los seguidores de Hugo Chávez quizás han expresado una opinión importante: “Sí” a un proceso revolucionario; “No” a un modelo socialista, al menos al estilo del presidente. Este mensaje puede ser una oportunidad para el oficialismo y la oposición de replantearse el proyecto de país que desean los venezolanos.



Por otra parte, debemos reconocer, que el presidente aceptó los resultados. Quizás, su nuevo “por ahora”, estratégicamente era lo adecuado para sus seguidores; aunque hubiera sido preferible otro discurso más conciliador. Pero, en definitiva, el reconocimiento público de la derrota permite crear un nuevo espacio político de acercamiento entre los diferentes sectores. Desde la otra perspectiva, la oposición debe evitar un excesivo triunfalismo al considerar que quienes votaron por el “NO” es porque están en contra de Hugo Chávez y del proceso revolucionario. Las personas fueron a escoger un modelo político no a sus líderes.



Para finalizar, este proceso se ha caracterizado por una abstención importante. Pero, ha cambiado el escenario político para los próximos años. Se requiere una oposición inteligente, unida, estructurada y con un proyecto de país innovador que responda a las necesidades de los ciudadanos. Los pasos siguientes, a mi entender, es crear una plataforma política no con la finalidad de “derrotar” al oficialismo en las próximas elecciones sino de crear una propuesta política para que los venezolanos puedan tener una alternativa política diferente. Las fuerzas políticas emergentes tienen un reto; es el momento de organizarse.



Víctor Manuel Pérez Martínez

“¿Por qué no te callas?”

Hugo Chávez dijo en la Cumbre Iberoamérica: “Con la verdad ni ofendo ni temo. El Gobierno de Venezuela se reserva el derecho a responder cualquiera agresión, en cualquier lugar, en cualquier espacio y en cualquier tono”. La idea está bien, el detalle es que el presidente, a título personal, le agrega otro calificativo y usando cualquier insulto. La estrategia es válida, el presidente utiliza el insulto; pero, si alguien lo insulta entonces toma la posición de víctima. Así es la inadecuada diplomacia bolivariana.

La actitud asumida, públicamente, por el rey de España, Juan Carlos I, quien le dijo a Hugo Chávez “¿por qué no te callas?” en el transcurso de la Cumbre Iberoamericana; más la del presidente del gobierno español, José Luis Zapatero, al pedirle respeto, puede tener varias lecturas.

Los hechos fueron los siguientes: Cuando José Luis Zapatero planteaba, en su permiso de palabra, las diferencias con respecto a las opiniones pronunciadas por Hugo Chávez, éste último insistentemente no lo dejaba hablar (a él nadie lo molesto en su largo discurso). En éste momento, y creo que fue más bien una reacción humana, pero inusual en el Rey, (quizás por sus años y miren que ha pasado por situaciones difíciles), Juan Carlos I pronunció: “¿Por qué no te callas?” Estas palabras del Rey, adecuadas o no, fueron una anécdota y un signo; el mensaje importante era el que decía Zapatero, el cual sin utilizar ningún insulto, molestaba a Hugo Chávez. Zapatero, lo único que pidió fue respeto y evitar las descalificaciones (imposible porque Hugo Chávez no puede hablar sin descalificar).

Una primera lectura será la que realizará el oficialismo, quienes mantendrán la idea de que Hugo Chávez estaba enfrentándose a los intereses colonizadores. Otra lectura, extremista, la realizará la oposición: Esto iniciará un distanciamiento de las empresas. Por eso debemos salir del presidente.

El discurso de Hugo Chávez fue insultante, de falta de respeto e intolerable (no es nada nuevo). Esto no quiere decir que algunos elementos de su mensaje no sean ciertos. El detalle es, que como el no cree en esa defensa de los intereses venezolanos que tanto pregona, utiliza esas verdades para insultar y ganar adeptos entre quienes le hacen la venia cuando el pasa.

El discurso de Hugo Chávez en los encuentros internacionales no los dirige a quienes allí asisten sino a las personas quienes ven en las palabrotas y el irrespeto una defensa de los derechos del pueblo. ¿Podrá rentabilizar este encuentro Hugo Chávez? Seguramente la maquinaria electoral y propagandística del gobierno así lo realizará. Sin embargo, ojala sea el principio para que otros gobiernos no sigan esperando las dádivas petroleras de Venezuela sino que exijan respeto por su autonomía. Evidentemente: no todos pueden exigirles ese respeto... no todos tienen las riquezas petroleras de Venezuela

Víctor Manuel Pérez Martínez/vmperezmven@yahoo.com

Una Iglesia Socialista

Fundar una Iglesia Socialista y venezolana sería uno de los sueños del oficialismo. Silenciosa y complaciente. Una mezcla entre el sincretismo religioso existente y la nueva adoración a los apóstoles de la revolución bolivariana. Reinterpretar las cruzadas, la inquisición y los dogmas de fe en función de los principios doctrinales de este gobierno.

Si existe algún sector en el país, al cual Hugo Chávez debe agradecer que sus derechos fundamentales hayan estado asegurados, es precisamente a los miembros de la jerarquía de la Iglesia católica. Al margen de simpatizar con ella o no, de ser creyente o agnóstico, algunos Obispos siempre han estado en los momentos más difíciles del presidente. Recordar las visitas que algunos Obispos hicieran cuando el estaba preso después de su golpe de Estado. Una de las primeras organizaciones que lo recibió como candidato presidencial y como presidente electo fue la Conferencia Episcopal Venezolana. Cuando estuvo retenido en Fuerte Tiuna o en la isla de La Orchila, a su pesar, miembros del episcopado estuvieron presentes en su defensa. Entonces, ¿por qué criticar tanto a los Obispos y no demuestra con hechos aquello en lo cual dice creer?


Este planteamiento no es una defensa a ultranza de la postura política que en ciertos momentos ha tomado la Conferencia Episcopal, sino simplemente considerar que entre las organizaciones que pueden apoyar algunas de sus iniciativas, si realmente son eficaces, está la Iglesia. Entre otros aspectos, porque si la Conferencia Episcopal Venezolana quisiera tener más ayuda del gobierno le sería más fácil guardar silencio o ser más complaciente. Afortunadamente, hay una voz que tiene fuerza, y podría tener más, que sirve de equilibrio al discurso del presidente. Pero, lamentablemente la política partidista está presente entre algunos de sus representantes. Hay sacerdotes que se han manifestado explícitamente seguidores del proceso, y otros, seguidores de la oposición.


Existe la idea de que con el dinero del petróleo podemos resolver los problemas graves que viven los venezolanos; también la utopía, que la voz del presidente siempre será sagrada. El conflicto debe permitir generar cambios positivos; pero, nuestro conflicto es preocupante porque cada día se está imponiendo un modelo presidencialista. La discusión es lo de menos, el problema son las huellas de este debate.


vmperezmven@yahoo.com

Educación ¿socialista?

Señalar que la educación en Venezuela está en crisis no es una novedad. Ocurría antes de la quinta república y sigue estando en crisis con la revolución bolivariana. Quizás, algunos hemos tenido la suerte de estar con docentes que se preocupaban por ofrecernos sus conocimientos, sus experiencias y sus testimonios; pero eso no ocurre en todos los casos. ¿Las razones? Pueden enumerarse varias, desde la ausencia de un sueldo digno hasta la falta de proyectos educativos que respondan a un proyecto de país.

La educación socialista que está por imponerse en el país, aunque en algunos de sus principios de carácter social podamos coincidir, no responde a un proyecto de país moderno y acorde con los tiempos que corren y aquellos por venir. Simplemente responderán a la necesidad de adoctrinar a quienes serán los futuros votantes, permitiendo mantener el sistema revolucionario, es decir, perpetuar a Hugo Chávez, bajo la apariencia de elecciones populares, en el poder. Tendrán que pasar algunos años para que los futuros jóvenes comprendan que no toda la revolución bolivariana era bonita.

Pero, quien asume el poder en nuestro país es quien impone las leyes. No tenemos una Asamblea Nacional plural. Debemos asumir que tendremos educación “socialista” al estilo del presidente. Si realmente algunos de los principios socialistas llegaran a ser parte de la educación no deberíamos tener en los próximos años el sistema de gobierno que tenemos. Pero ¿será realmente una educación basada en los principios del socialismo? Todo parece indicar que no.

En estos momentos, solamente es la familia quien puede ofrecer un espacio de equilibrio entre las informaciones que los niños y jóvenes van a recibir de las posturas radicales que están presentes en el país. Es probable que el propio sistema pretenda descalificar la educación ofrecida por los padres o por quienes pretendan contradecirle. Es necesario un equilibrio que le permita a los niños y jóvenes vivir plenamente su edad; sin tener que asumir el rol de marionetas del proceso revolucionario o de la oposición. La dignidad la tenemos que sembrar en el hogar si queremos que el futuro de nuestros jóvenes sea diferente.

Protesta, protesta y más protesta

Apoyar la decisión del gobierno (en concreto de Hugo Chávez) de no renovar la frecuencia a RCTV (es decir a sus dueños) es tan cuestionable como defender toda la política editorial asumida por RCTV en estos últimos años, o la de otros medios de comunicación que han utilizado la figura de Hugo Chávez como golpista, como candidato presidencial o como presidente para garantizarse la audiencia. Si algo de peligroso tienen las posturas tan radicales es el riesgo de defender causas que pueden ser tan peligrosas como las que se rechazan.

 

Algo que debe caracterizar a la vida universitaria es su componente analítico, ponderado y reflexivo ante los hechos que ocurren en la sociedad. Esto no quiere decir que la protesta de calle no sea una alternativa válida y conveniente para hacer sentir la "voz de los que no tienen voz". El planteamiento está, en ambos sectores políticos hay voces que no son escuchadas porque oficialismo y oposición se erigen como las dos únicas religiones fundamentalistas de esta revolución bolivariana. Tampoco es guardar silencio, es saber sobre qué debemos protestar y cómo hacerlo.

 

La estrategia del oficialismo es atizar el fuego de la división social entre pobres y ricos, entre el pueblo y la oligarquía, entre los que apoyan el proceso y quienes están en su contra, entre nosotros y ustedes. Hasta los momentos le ha funcionado porque la oposición cae en su juego. Sin embargo, la oposición se moviliza porque una decisión afecta intereses abstractos para la mayoría de la sociedad venezolana. Definir la "libertad de expresión" y llegar a un acuerdo es tan complejo como entender la palabra "pueblo".

 

Si algo preocupa de esta nueva etapa de enfrentamiento es el desgaste político que puede ocurrir entre ambos sectores. La oposición centra sus esfuerzos en intentar desgastar la popularidad del presidente en Venezuela y ante la comunidad internacional; pero, el oficialismo avanza su mal entendido socialismo, abarcando sectores tan básicos como la salud, la cultura o la educación. En estos momentos la oposición se ha concentrado en debatir el tema de la libertad de expresión, y es un tema de interés prioritario. No obstante, el ciudadano se preocupa por sus derechos básicos a la vivienda, a la educación, a la alimentación, a la seguridad... ¡Qué llamado de alerta nacional e internacional sería denunciar sistemáticamente, y protestar, con argumentos, con el mismo ímpetu, sobre las necesidades del país! En concreto, aquellas que después de varios años de gobierno militar, socialista y autoritario no han podido resolver. El oficialismo, siempre tendrá alguna de estas excusas... "la culpa es de la cuarta República...", "no nos dejan gobernar los oligarcas...". La siguiente no falla: "la culpa es de los Estados Unidos". ¿Cuál es la excusa de la oposición? ¿Y la del resto de los venezolanos independientes?

El puente o la arepa

El puente o la arepa

Me permito compartir el siguiente relato: Dos candidatos a una alcaldía estaban en plena campaña. Uno de ellos decía: “Sí gano las elecciones les prometo que tendrán un puente”. Uno de los habitantes del pueblo dijo: “Disculpe, pero ¿para qué necesitamos un puente sino tenemos río”. El candidato respondió: “No se preocupe, si gano le colocamos también el río”. El otro candidato, con una postura diferente porque conocía que en ese pueblo la gente era muy pobre, ofreció lo siguiente: “Si gano las elecciones, les prometo que todos tendrán diariamente una arepa de pastel, cebolla y miel”. Otra persona, allí presente, le comenta: “Disculpe, pero a la mayoría no nos gusta esa combinación. No puede darnos únicamente la arepa o los ingredientes por separado”. El candidato respondió: “No te preocupes, si gano les prometo que a todos les gustará la arepa de pastel, cebolla y miel”.

Este relato, adaptado un poco a nuestra realidad culinaria, me llamó la atención porque refleja, de alguna manera, la dinámica política de nuestro país. Por una parte, el candidato que ofrece el puente, es la clara actitud de una oposición que no sabe cuál puede ser su oferta para ser una alternativa política para los venezolanos. Entre otras cosas, porque al igual que el candidato del puente, o desconocen la realidad del pueblo o no quiere asumir que la realidad y necesidades de la población son otras, muy diferentes, a la de los líderes políticos.

El otro candidato, desde mi perspectiva, refleja la postura oficialista. El gobierno, en principio, sabe cuáles son las necesidades de las clases más populares. Cuáles son sus grandes debilidades con respecto a los aspectos básicos de las necesidades humanas, aquellas que no se pueden negociar. El socialismo (al estilo chavista), es la estrategia (la comida, el reconocimiento, la casa, el trabajo), al margen que le guste o no a la población, sin importar los intereses sueños y esperanzas (fundamentadas o no) que sienten los ciudadanos. El gobierno ofrece un tipo de socialismo, pero también, la garantía que tarde o temprano nos gustará su estilo de socialismo. Nos ofrece un partido único socialista y que nos tendrá que gustar ese sistema. Nos prometió una revolución bonita y nos guste o no, tarde o temprano, ¿aceptaremos que es una revolución bonita?. Con estos dos panoramas son muy pocas las alternativas. Quizás necesitamos comenzar a crear consciencia de que no podemos decir amén a todo aquello que nos ofrezcan.

Por: Víctor Manuel Pérez Martínez  

Internet y su influencia en la opinión política de los venezolanos

El artículo ofrece un panorama sobre el uso de internet en la sociedad venezolana e intenta establecer relaciones sobre cómo puede influir esta variable en la participación y en las opiniones políticas de los venezolanos. El trabajo es un primer intento de abordar la importancia de internet en la conformación de la opinión pública en Venezuela, aunque todavía no existen estudios lo suficientemente amplios para plantear conclusiones definitivas. En general, pareciera no existir una marcada diferencia en las opiniones políticas de quienes tienen acceso a internet y de quienes no lo tienen; no obstante, en algunos casos, como en la participación política hay datos que pueden ser la base para investigaciones más profundas.

Artículo completo en: Revista Textos de la Cibersociedad, número 10, año 2007.

Venezuela, democracia y vida

Venezuela, democracia y vida

Ante el “socialismo, patria o muerte” proclamado por el presidente Hugo Chávez y el actual gobierno revolucionario hay que colocar en el debate de la opinión pública una alternativa: Venezuela, democracia y vida. Esta opción también es revolucionaria porque para que exista tiene que haber pluralidad de opiniones, diferencias y debate; pero un solo objetivo: Venezuela. En el caso del “socialismo, patria o muerte”, promovido al estilo del gobierno actual, no puede haber discrepancias con el poder, aunque estás diferencias sean con la finalidad de defender el país. Es un problema de autoestima y de control del poder: nadie puede contradecir las directrices del Presidente, del gobierno o del partido único (cuando esté constituido). En otros términos, quien quiera seguir subsistiendo en el país, y en el ámbito público, tendrá que decir “amén” como si se tratara de un dogma de fe.

El problema no es el Socialismo del Siglo XXI, porque en el fondo es un planteamiento democrático. El problema es que quien lo promueve controla el proceso para mantenerse en el gobierno. ¿Alguna vez el Presidente y los miembros del gobierno habrán pensado en dejar el poder? ¿Qué pasaría si en alguna de las elecciones tienen que hacerlo?

No cuestiono que el gobierno actual permita el debate, incluso se puede decir que ha sido permisivo al dejar que sectores contrarios a la revolución bolivariana y al país abusen de las posibilidades de estar en los medios de comunicación social para criticar, por criticar, al sistema. Pero, es parte de una estrategia comunicacional lógica cuando no existen alternativas reales que contradigan las medidas populistas. La mayoría de los venezolanos no pueden creer en una oposición que todavía piensa que puede tener cuotas de poder en el actual gobierno o aquella que cuestiona la poca ayuda que desde hace muchos años le fue negada al ciudadano. Mientras que para el gobierno los programas sociales son una ayuda, y seguirán siendo una ayuda, para la democracia es un derecho de los ciudadanos que el Estado cumpla con su obligación.

Cuesta imaginarse un país donde la política, si bien ha incrementado la participación, haya perdido elementos fundamentales de convivencia para construir proyectos comunes. Ante la realidad veo tres opciones: 1) Aceptar como fieles religiosos los dogmas del proceso revolucionario; 2) Asumir una oposición incoherente y radical; y 3) Trabajar para establecer puentes que puedan permitir, a ciudadanos de diferentes tendencias políticas, buscar espacios para la creación de estrategias democráticas que permitan la construcción de proyectos concretos en beneficio de la sociedad. No quiero un país donde el lema sea la “muerte”. Ya son bastantes las muertes de cada día para que además tengamos que justificarla.

Por: Víctor Manuel Pérez Martínez

La moneda local

La idea de una moneda local o “comunitaria” no sería tan criticable sino fuera porque Venezuela tiene los recursos humanos y materiales para ser, sino la primera, una de las economías más importantes e influyentes de la región, y no precisamente por el petróleo. ¿Cuándo lograremos la revolución en el ámbito de la economía? Será cuando las excusas de que la culpa es de los “gobiernos anteriores” o del “imperialismo” dejen de estar en la mente de nuestros políticos. Pero, por lo pronto, la cosas seguirán así.

Los proyectos de monedas comunitarias responden a ser paliativos a las situaciones de crisis económica en donde los ciudadanos necesitan, de alguna manera, satisfacer sus necesidades. Es un sistema de intercambio (moneda) que está creado para una determinada región o población en donde los habitantes de ese lugar pueden intercambiar bienes y servicios. Es una moneda, que en principio, no lleva intereses. Es local, es decir, no tiene validez fuera de ese lugar. Existe confianza, por lo menos en la teoría, porque al ser todos habitantes del mismo sitio, se conocen.

Establecer una moneda comunitaria en ciertos escenarios pueden traer algunas ventajas. Entre ellas contribuye con el problema de la liquidez en la economía local. Al ser una moneda que solamente es válida en esa comunidad siempre estará en ella evitando así que no exista falta de liquidez. Permite, además, que las transacciones aumenten entre los miembros de esa comunidad en la cual la dinámica de la oferta y de la demanda se entiende desde la perspectiva de satisfacer necesidades inmediatas. Otro aspecto a resaltar es que se trataría de una moneda que no genera intereses porque su único objetivo es facilitar la compra y la venta. Por último, la idea de la moneda comunitaria es que los productos que se compran y venden sean locales y ofrecidos por la propia comunidad.

Creo que no es justo tomar estas medidas, que aunque válidas, son un signo de políticas económicas que no están generando una distribución de las riquezas más equitativa. Pero, las personas con pocos recursos pueden ver una alternativa y el gobierno la posibilidad de seguir controlando las aspiraciones hacia una mejor calidad de vida de los ciudadanos.

Chávez y Bush

Chávez y Bush

Las visitas que ha realizado George W. Bush a los países latinoamericanos son un signo de que Estados Unidos sigue y seguirá siendo un referente y un socio económico importante para la región. Entrar en una discusión ideológica es cerrar posibilidades de negocios y de desarrollo para los pueblos. El tema de la influencia ideológica y de las acciones negativas del neoliberalismo no se soluciona por la vía del enfrentamiento verbal sino por acciones concretas en beneficio de la sociedad.

Mientras los países visitados por el presidente norteamericano estudian estrategias para negociar con los Estados Unidos, sin dejar a un lado sus intereses y sin generar situaciones conflictivas, Hugo Chávez se ha empeñado en constituirse en un líder antinorteamericano dejando a un lado los intereses nacionales. ¿En dónde están los intereses de Venezuela?

El socialismo del siglo XXI, en el cual debemos profundizar según la revolución bolivariana, no creo que considere un enfrentamiento constante con otros modelos políticos o económicos. ¿Puede haber socialismo del siglo XXI sin la inversión privada? ¿Tienen los demás países que asumir nuestro modelo para que sean amigos y permitan relaciones no conflictivas? El socialismo del siglo XXI ¿obliga a todos a decir "amén" a las ideas de Hugo Chávez?

América Latina siempre se ha caracterizado por ser una sociedad religiosa, en donde la fe es importante. La idea revolucionaria es para un sector importante una cuestión de fe, y una creencia puede ser asumida como una realidad y puede traer confusiones. El manejo de los símbolos políticos en Hugo Chávez pueden hacer del socialismo del siglo XXI una religión más que un sistema político que debe constituirse en un sistema que permita el desarrollo de Venezuela. Esta nueva propuesta debe surgir de la crítica pero también del respeto hacia los demás.

Por Victor Manuel Pérez Martínez

RCTV

RCTV

La decisión de no renovar la concesión de la frecuencia televisiva a RCTV no puede causarnos extrañeza. Aunque el presidente Hugo Chávez, y los otros representantes del gobierno, mantengan el discurso de que no se trata de una venganza política, todos los indicios señalan que evidentemente lo es. Legalmente existe, y eso nadie puede discutirlo, los elementos para no renovar las frecuencias a las televisoras. No obstante, el discurso del presidente, le guste o no, suena a venganza.

 

Por otra parte, ¿existe algún juicio abierto en contra de RCTV o de algunos de sus representantes que justifique la decisión? Si fuera así, ¿no tendrían que rendir ante la justicia estas personas? ¿Por qué quitarle la frecuencia a una empresa que puede designar a otros directivos? Desde mi perspectiva, el gobierno necesita reforzar los canales de comunicación para promover la ideología revolucionaria y la frecuencia de RCTV es potencialmente importante. Es lógico que, la revolución, quiera ocupar la mayoría de las frecuencias para que nadie cuestione las debilidades del proceso. Se plantea una paradoja: Hay libertad de expresión, pero el gobierno quiere tener el control de los mensajes. ¿No es eso alienación?

 

El problema que se plantea con RCTV no podemos asumirlo con una actitud fanática. Hay que reconocer que los medios de comunicación social asumieron una representación política de la oposición en ausencia de los partidos políticos. Además, su programación, en los últimos tiempos, no es la más adecuada a las necesidades de nuestro país. Pero, para estos planteamientos hay mecanismos legales que permiten regular estas transmisiones. El triunfo del presidente Hugo Chávez no es un “cheque en blanco” para hacer todo aquello que considere puede ayudar a la revolución. No todos los venezolanos son revolucionarios, y aquellos que lo son pueden cambiar de idea en cualquier momento. En Venezuela, hasta donde sabemos, hay una democracia en la cual todas las ideologías tienen su espacio, incluso, la socialista del siglo XXI.

 

La mayoría de los políticos venezolanos parecen que no están educados para aceptar la tolerancia, las diferencias de opiniones o las críticas. En la organización militar es entendible porque simplemente se obedece, no se cuestiona. Pero, no todos los venezolanos queremos ser militares, no nos gustan las armas y queremos que nos den órdenes. No nos han enseñado a vivir en democracia y simplemente vemos en aquel que no piensa igual a un enemigo, no a un adversario, a un ciudadano que piensa diferente a mí, pero con el que se puede contar para construir una sociedad más justa. ¿Podemos mantener la democracia con un socialismo al estilo de Hugo Chávez?

Por: Víctor Manuel Pérez Martínez

Un reto: la democracia

Un reto: la democracia

Los resultados de las elecciones presidenciales eran los esperados. Aunque la abstención está alrededor del 25% la mayoría de los inscritos en el registro electoral fueron a votar. Había que decidir sobre dos propuestas de país. La primera, el socialismo del siglo XXI. Una propuesta que carece de objetivos concretos y que es el sueño de algunos sectores que quieren hacer resurgir momentos históricos que ya pasaron. No obstante, es el lema a través del cual las medidas populistas seguirán llegando a las personas más humildes. Es necesario comprender que existe miedo a perder lo alcanzado por organizaciones sociales de base y por aquellos que reciben beneficios del gobierno (como en épocas pasadas). Es lógico pensar que los intereses particulares logrados con este gobierno, lícitos o no-lícitos, legales o no-legales, puedan perpetuarse en el tiempo.  

La segunda propuesta, surgida después de negociar con los partidos políticos, solamente tenía poco meses para llegar a la población. Pero, no había una propuesta madura, firme y coherente con la realidad del país. No se alcanzó la motivación y la credibilidad de quienes apoyaban a Hugo Chávez a cambiar de decisión. Además, debemos incluir, que el apoyo de los partidos políticos, en algunos casos, fue de palabra y no se activo la maquinaria partidista propia. ¿Sería que no tenían claro cuál sería su cuota de poder con un gobierno al estilo de Manuel Rosales? ¿Sería preferible el actual? La democracia es mucho más que “mi negra”. 

Son varios años que el equipo del presidente Hugo Chávez ha estado trabajando para influir en la sociedad venezolana, y en especial, a los jóvenes. Para algunos sectores, la imagen del presidente es religiosa, es una cuestión de creencias. Y todo sabemos, que las creencias son más fuertes que los argumentos sobre la realidad. Es una cuestión de fe. ¿Fanatismo? Esto no quiere decir que algunos de los proyectos asumidos por gobernaciones y alcaldías chavistas no estén respondiendo a necesidades concretas, pero en definitiva son acciones muy limitadas si la comparamos con los proyectos de acción social que deberían realizarse. Pero, ¿le conviene al gobierno erradicar la pobreza y los problemas del país? 

Creo que el futuro del país es incierto. No por la idea del proyecto socialista sino porque quienes están asumiendo el poder no son, ni creen, en el socialismo tradicional y menos en el socialismo del siglo XXI. ¿Por qué? Podrán hablar de socialismo pero las cosas que se hacen no son socialistas... por lo menos hasta ahora. Por otra parte, la oposición parece que quiere enfrascarse nuevamente en una lucha de poderes e intereses por obtener el poder por el poder.... ¿y los electores? En los próximos meses y años probablemente habrá que elegir nuevamente sobre temas de interés nacional. ¿Cuál es el futuro de país que nos ofrece la oposición? ¿Puede el liderazgo de Manuel Rosales mantenerse a pesar de los intereses políticos y empresariales?

Por: Víctor Manuel Pérez Martínez

Cuando votar vale la pena

Cuando votar vale la pena

El acto de votar en las elecciones suele considerarse, por un porcentaje importante de ciudadanos, como una actividad sin sentido porque el hecho de votar "no cambiará las cosas". Signo de esta situación es la gran abstención a la cual estamos acostumbrados los venezolanos en los procesos electorales. Por eso, hay quienes piensan, que los abstencionistas son realmente los que eligen a un candidato. En síntesis, hay la sensación que votar no es importante.

Afortunadamente han ocurrido algunos procesos electorales en el mundo que nos permitiría afirmar que este pensamiento no es del todo cierto. Votar es importante y puede generar cambios en una sociedad. Pero, hay que votar. Un ejemplo reciente fueron las elecciones legislativas de los Estados Unidos, en donde el sector opositor al presidente George W. Bush, representado por los demócratas, obtuvo el control del Congreso y del Senado. El nuevo panorama político ha obligado a Bush a replantearse su política interna y externa, entre ellas, la guerra contra Irak. No fue ni la presión de la ONU, ni los insultos de Hugo Chávez o el antiimperialismo de Fidel Castro quien lo obligó a replantear su política. La sociedad norteamericana ejerció su derecho a votar para producir cambios. Antes de estas elecciones ocurría algo similar en Italia cuando Romano Prodi logró el triunfo ante, el supuestamente victorioso, Silvio Berlusconi, en uno de los procesos electorales donde se registró una participación del alrededor del 83% de los votantes italianos.

El próximo mes de diciembre los venezolanos tenemos la opción de asumir nuestro derecho al voto. Está claro que solamente hay dos candidatos que capitalizan el interés de los votantes y de ellos saldrá el próximo presidente del país. Lamentablemente el no asistir a votar implica que los sectores políticamente organizados movilicen la mayor cantidad de participantes posibles. Pero, no podemos estar ausentes.

¿Qué pasa si no asistimos a las votaciones? La abstención será considerada, por una parte, como la confirmación de su triunfo, por la otra como la manipulación a través del miedo para no ir a votar, y otros, a la comodidad de los venezolanos de no estar presente en el proceso electoral. No será el reflejo, muy probable de un alto porcentaje de abstencionista: No queremos votar por ninguna de las dos opciones. No tenemos votos en blanco como en otros países, lo que sería un ejemplo de madurez democrática. ¿Qué ocurriría si un alto porcentaje de votantes votara blanco (equivalente al nulo de hoy)?. Lo importante es, al margen de la visión que cada quien tenga de su país ir a votar y hacer presente su opinión, su respaldo o su reclamo en el proceso electoral.

Por: Víctor Manuel Pérez Martínez